El éxito del anuncio navideño de Suchard sorprende a sus creadores.
“El anuncio de Suchard de este año... he llorado”; “no entiendo por qué razón estoy llorando por culpa de un vídeo del puto turrón de Suchard, os voy a bloquear”; “no puedo evitar emocionarme cada vez que lo veo”. Estos son algunos de las decenas de mensajes que han inundado X (antes Twitter) e Instagram tras el lanzamiento del anuncio de Navidad de la empresa de chocolates y turrones Suchard, que ha conseguido más de 14 millones de visualizaciones desde que fue publicado el pasado miércoles. El vídeo publicitario es un corto de animación al estilo Pixar que está protagonizado por dos abuelitos que recuerdan cómo la festividad ha sido el escenario de los momentos más importantes de la familia a través de varias décadas.
“¿Tú crees que lo hemos hecho bien?”, le pregunta el marido a la esposa al inicio del vídeo. La respuesta se da en una serie de recuerdos de fiestas de fin de año que incluyen la tradición de comer en familia las 12 uvas, los regalos a los nietos, la llegada del primer yerno, seguir el conteo en televisión para el año nuevo, las mascotas como un miembro más del hogar o dejar la leche y el chocolate a los Reyes Magos.
El anuncio termina con la frase: “La vida es lo que pasa entre Navidad y Navidad”. La agencia Ogilvy fue la responsable de desarrollarlo, con producción de Hogarth y con los estudios de animación Passion Pictures (Reino Unido) y Megacomputer (Francia).
“No nos esperábamos este éxito. Está mil veces por encima de lo que proyectábamos, ha sido todo orgánico”, asegura a este medio el director creativo ejecutivo de Ogilvy, Jesús Rasines. La animación no suele ser usada en cortos publicitarios por el tiempo de preparación necesario; sin embargo, permite otras ventajas como una mayor libertad creativa, según cuentan desde el equipo desarrollador. “Queríamos universalizar la historia. Te identificas más (con los personajes animados) y en este caso parece que es el abuelo de todos”, explica Félix Carral, director creativo de Ogilvy, marca que desarrollará también el anuncio navideño de Decathlon.
El proceso de desarrollo duró entre seis y siete meses, entre crear la historia y diseñar a los personajes desde el lápiz para después animarlos por ordenador. “Lo que queríamos era tomar una vida y partirla. Teníamos como 25 o 30 momentos vitales por lo que lo difícil no ha sido meter esas escenas sentimentales sino escoger las que quedaron fuera”, detalla Carral. El corto atraviesa varios años y busca tener una representación para cada época de la vida: la infancia ilusoria, la adolescencia rebelde y la regresión en la vejez.
El diseño de los personajes para el corto animado de Suchard.
En cuanto al estilo Pixar que muchas personas en las redes sociales han identificado, Rasines dice que es “imposible” no tener al sello de Disney en la cabeza porque son los “reyes de la animación”, pero que el objetivo era alejarse de su “estética perfecta”. “Hemos querido distanciarnos y no ser absolutamente idealistas en los diseños de personajes, que tuvieran imperfecciones y que cualquier familia de España pudiera sentirse identificada”, apunta. Añade al respecto Carral: “La imagen real te da muchos datos como el origen o la clase social, mientras que la animación te permite obviar esas apariencias y tener un nivel más alto de emoción sin ser cursi”.
El spot fue presentado el pasado martes en una proyección especial con medios y embajadores de marca y desde el miércoles circula en las redes sociales y se transmite por televisión.
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