viernes, 29 de marzo de 2024

SUDÁN Y SU DRAMÁTICA CRISIS HUMANITARIA

 


Sudán: siete claves de una “crisis humanitaria de proporciones épicas”

Patricia R. Blanco



Una familia sudanesa, junto a sus pertenencias, espera junto a la frontera de Chad el pasado julio, tras huir de Darfur.



La guerra civil que golpea el país africano desde hace casi un año ha desencadenado el mayor número de desplazados internos del mundo y una emergencia de hambre para cinco millones de personas. Amenaza además con convertirse en un conflicto regional


Más de 12.000 muertos, más de ocho millones de desplazados, unos 18 millones de personas que pasan hambre y 25 millones que necesitan ayuda humanitaria. La guerra civil que comenzó en Sudán el 15 de abril de 2023, con el enfrentamiento entre el Ejército nacional y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), ha desencadenado una catástrofe humana que ya ha convertido a este país del noreste de África en la mayor crisis de desplazados internos del mundo y lo aboca a la “mayor crisis de hambre”, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA)




Las consecuencias de la guerra en un Estado algo mayor al tamaño conjunto de España, Portugal, Francia, Italia y Alemania “causarán además perturbaciones” en toda la región. Los países limítrofes, ya al borde de sus capacidades, han tenido que dar refugio a cerca de dos millones de personas que huyen de la guerra, explica Mohammed Qazilbash, director general de Plan Internacional Sudán, durante una una visita en Madrid.

Estas son las claves de un conflicto que, según Naciones Unidas, ha provocado una “crisis humanitaria de proporciones épicas”:


1. La “mayor crisis de hambre”



Unos cinco millones de sudaneses, el 10,4% de una población de 48 millones, se encuentra en situación de emergencia o fase 4 de la llamada Clasificación Integrada de las Fases (CIF, en español, IPC, en inglés), la herramienta que mide a nivel mundial la inseguridad alimentaria. Es el nivel previo a la declaración de hambruna o fase 5. Además, casi 13 millones están en la fase 3 o de emergencia, lo que significa que cerca de 18 millones de personas (en torno al 37%) pasan hambre en Sudán. La directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, alertó a principios de mes de que la guerra en el país podría desencadenar “la mayor crisis de hambre del mundo”.


El conflicto ha afectado de forma directa a la producción de alimentos, que ya se había visto comprometida por la sequía que azota el norte de África. Pero además, “con tantos millones de personas desplazadas, los agricultores no han podido plantar las semillas”, explica Qazilbash. Y aunque lo hubieran intentado, “el sector agrícola en Sudán está fuertemente subsidiado por el Gobierno, que financia insumos como los fertilizantes, pero con el colapso del Ejecutivo han desaparecido todos estos subsidios”.

“En los mercados todavía se puede encontrar comida, pero es sencillamente inasequible para la mayoría de los hogares, debido en parte a un continuo apagón de las telecomunicaciones que impide a las familias recibir las transferencias de efectivo que tanto necesitan”, explica en un comunicado Jill Lawler, jefa de operaciones de terreno y emergencia de Unicef en Sudán, que visitó el país a principios de marzo. “No hay nada, ni internet, ni bancos ni dinero”, confirma el artista sudanés Eltayeb Dawelbait, exiliado en Kenia durante una visita a Madrid, donde participa en una exposición, tras intentar sin éxito durante meses enviar dinero a sus familiares que continúan en Sudán.


2. Casi cuatro millones de niños desnutridos y 19 millones sin escolarizar



Según los cálculos de Unicef, al menos 3,7 millones de niños sufrirán “desnutrición aguda este año” en Sudán. “He visto en un hospital niños y niñas desnutridos y a sus cuidadores en total oscuridad debido a los cortes de electricidad”, explica Jill Lawler, tras su viaje a Sudán.




“La desnutrición en los niños menores de cinco años es especialmente preocupante porque si en esa edad no se mantiene el nivel de nutrición adecuado para su desarrollo mental y físico, cuando sean adultos podrán tener secuelas físicas e intelectuales”, denuncia Qazilbash. “¿Cómo se construye una nación que tiene un futuro comprometido intelectual y físicamente?”, se pregunta el director de Plan Internacional en Sudán.

Además, continúa el trabajador humanitario, “desde hace casi un año las escuelas están cerradas, lo que supone que 19 millones de niños están sin escolarizar”. “Es otra de las catástrofes”.


3. El mayor número de desplazados internos



Más de ocho millones de personas se han visto obligadas abandonar su hogar en Sudán desde que comenzó la guerra civil el 15 de abril de 2023, según los datos de la ONU. De ellos, unos dos millones de sudaneses han buscado refugio en los países fronterizos. Los seis millones que han quedado desplazados dentro del país se suman a otros tres millones de anteriores conflictos, que no han podido regresar ante el agravamiento continuo de la seguridad. “Uno de cada ocho desplazados internos en el mundo es sudanés”, asegura la ONU, lo que convierte al país en la “mayor crisis de desplazados internos del mundo”.

“La guerra civil ha provocado un desplazamiento masivo de personas y, en cualquier desplazamiento, los más afectados son las mujeres y los niños”, alerta Qazilbash. Con cuatro millones de menores desplazados, “también es la crisis mundial que ha provocado el mayor nivel de desplazamiento de niños”, lamenta.


4. Un contagio regional


De los casi dos millones de sudaneses que han huido del país, el 37% se ha refugiado en Chad, el 30% en Sudán del Sur y el 25% en Egipto, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). “Esto no es una crisis en Sudán, sino una crisis regional, y aunque Sudán es el epicentro, todos los países de alrededor se enfrentan a las réplicas”, explica Qazilbash. Y añade: “Antes de esta crisis, Chad, por ejemplo, no era muy próspero, era un país pobre con muchos problemas internos y externos, y ahora tiene más de medio millón de sudaneses viviendo en su frontera oriental”. Por eso, según Qazilbash, “no solo hay que cubrir las necesidades dentro del país, sino que también hay que hacer frente a todas las situaciones de emergencia de los desplazados externos”.


5. Asesinatos, violaciones y saqueos


“La situación de los derechos humanos sigue fuera de control en Sudán”, alertan fuentes de la ONU. “Miles de civiles han sido asesinados, millones desplazados, propiedades saqueadas y niños reclutados”, añade el último informe sobre la situación en país africano en el que la ONU afirma que “algunas de estas violaciones equivaldrían a crímenes de guerra”.


Un miembro del Ejército de Sudán, el pasado 9 de marzo en Omdurman.

Existe una especial preocupación en la región de Darfur (oeste del país), donde según la ONU no ha sido posible el acceso de ayuda humanitaria durante meses. “Miles de personas murieron en ataques de las RSF, algunas de ellas por motivos étnicos”, afirman fuentes del organismo.


6. El colapso de los servicios de salud


Las hostilidades durante casi un año de guerra “han dejado a más del 25% de todos los hospitales fuera de funcionamiento” mientras que “el principal laboratorio nacional” ha sido tomado por los combatientes, explican fuentes de la Dirección Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Sudán. El alto número de desplazados, junto al colapso de los servicios de salud, “han provocado brotes de enfermedades como cólera, sarampión, malaria y fiebre del dengue”, según la misma institución. En el hospital de Alnau, en Omdurman (junto a Jartum, la capital), “vimos a dos, a veces tres pacientes compartiendo una cama”, afirma Lawler. Según confirmó el director de este hospital a Unicef, “solo en el último mes habían amputado miembros a unas 300 personas”.

“El agotamiento de los trabajadores, muchos de los cuales prácticamente viven en el hospital sin cobrar sus sueldos, es palpable, al igual que la frustración por la falta de suministros, equipos y espacio”, asegura la responsable de operaciones de Unicef en Sudán.


7. La ayuda humanitaria, “una gota en el océano”



Más de 25 millones de personas, incluidos 14 millones de niños, necesitan asistencia humanitaria en el país, según los datos de la ONU. “La ayuda humanitaria entra en Sudán, pero a una escala demasiado pequeña como para atender a los millones de sudaneses que viven en campos de refugiados o en sus propias casas”, afirma Qazilbash. “Solo para cubrir las necesidades de alimentación se necesitarían miles de toneladas de alimentos, así que, si llegan uno dos camiones al día, la ayuda humanitaria es una gota en el océano”, continúa el trabajador humanitario, que reclama un “cese de las hostilidades” para que la llegada de la ayuda sea efectiva.

La ONU ha recaudado un 5% de los 2.500 millones de euros que se necesitan para cubrir las necesidades alimentarias y sanitarias básicas de los sudaneses afectados por el conflicto.  El plan de respuesta humanitaria de 2024 para Sudán de la Organización de Naciones Unidas para los Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) ha recaudado hasta el momento un 5% de los 2.700 millones de dólares (2.500 millones de euros) que calculan que se necesita para cubrir las necesidades de alimentos, atención médica, efectivo y otras formas de asistencia vital a lo largo de este año.

Pese a que llega mucho menos de lo que se necesita, es muy difícil introducir esta ayuda en el país. La ONU confirma que “el acceso a la ayuda humanitaria se ve limitado por la compleja dinámica del conflicto, que incluye el constante desplazamiento de los frentes a medida que los combates se extienden a nuevas zonas”. “Los convoyes de ayuda se enfrentan a amenazas, bloqueos de carreteras, restricciones e impedimentos burocráticos, lo que dificulta enormemente la ampliación de la ayuda del PMA”, consideran fuentes del organismo internacional, que también reclaman “libertad de movimiento a través de las fronteras y las líneas de conflicto para llegar a todas las comunidades vulnerables, independientemente de dónde se encuentren”.




























 

jueves, 28 de marzo de 2024

BANKSY Y EL ÁRBOL II

 

Banksy:  el árbol dañado está en su corazón.

Gio Iozzi

 



Me sentí horrorizada, escuchando consternada cómo multitudes de personas sonreían, arrullaban y sostenían sus teléfonos en alto para obtener la última imagen para Instagram". Fotografía: Vuk Valcic/ZUMA Press Wire/REX/Shutterstock






Los árboles urbanos son un recurso verde increíble, pero están bajo serio ataque. La cruda imagen de Banksy muestra el daño que se está haciendo

En medio del entusiasmo en torno a la última obra de arte de Banksy –un mural de un árbol descubierto en una pared en Islington, al norte de Londres–, se dice muy poco sobre el árbol en el centro de la historia, un cerezo de 50 años brutalmente desmochado, y lo que comunica sobre la forma en que se “gestionan” nuestros árboles urbanos.

Lo visité el lunes, a sólo 10 minutos en bicicleta de mi casa, y me quedé sorprendida al ver el gran árbol sin hojas, con la corteza oscurecida por la contaminación. Se extiende hacia arriba como una mano agonizante, con pintura verde (literalmente lavado verde) salpicada en la pared detrás por una mujer que sostiene una lavadora a presión. Pero gradualmente me sentí horrorizada, consternada mientras los medios filmaban historias y multitudes de personas sonreían, arrullaban y sostenían sus teléfonos en alto para obtener la última imagen para Instagram. Se hablaba de si la obra podría ser “ robada ” y del efecto que tendría en los precios de la vivienda y los alquileres.

La charla centrada en lo humano, por supuesto, no entiende el punto: por qué un árbol urbano maduro es talado tan severamente que tal vez nunca se regenere o florezca alegre como lo hizo antes. El consejo de Islington afirma que el árbol está "en declive" y muestra signos de enfermedad, pero muchos árboles urbanos tienen elementos de enfermedades fúngicas u otras enfermedades y pueden vivir años si se tratan bien. Y las cerezas no responden bien a podas raras y radicales. Incluso si están enfermos, como dice el consejo, las enfermedades en los árboles se pueden tratar y trabajar con simpatía. ¿Tratamos a los humanos enfermos con tanta brutalidad?

El grupo local Haringey Tree Protectors, del cual soy fundadora, trabaja arduamente para dar la alarma y concienciar a nuestro consejo sobre las amenazas a nuestros árboles urbanos, pero a menudo somos vilipendiados, ignorados o desestimados. El año pasado, terminamos teniendo una disputa legal por un árbol que estábamos tratando de proteger. Soy una gran admiradora del trabajo de Banksy y en muchos sentidos estoy agradecido de que haya llamado la atención sobre la hipocresía y el daño que se les está haciendo a los árboles de nuestras calles urbanas, pero ¿por qué tiene que ser necesario un artista para hacernos sentarnos y notar los árboles en nuestras calles?

Los árboles maduros de la calle son un lote abandonado y difamado. Ha surgido toda una industria en torno a talarlos o desmocharlos. En el norte de Londres, donde estamos situados sobre un denso suelo arcilloso, vemos cada vez más árboles trasmochados en ciclos cada vez más estrictos, por lo que nunca ven hojas ni proporcionan un dosel, lo que les da un efecto de nudillo o Twiglet. Peor aún, estamos viendo que se desmochan más, que es cuando el árbol se corta casi hasta la copa, una mala práctica .

 

Todos sabemos que la copa de nuestros árboles es un recurso natural verde increíble. Los árboles, un sistema de infraestructura verde, natural y gratuito, trabajan duro para darnos oxígeno para respirar, absorber nuestra contaminación , enfriar nuestras calles, reducir las inundaciones y proporcionar hábitats de anidación y alimento para aves e invertebrados. Pero eso no significa que a mucho dinero le importe. Una tormenta perfecta de factores comerciales converge en torno a los árboles: las compañías de seguros culpan a los árboles por los daños; los desarrolladores intentan limpiar sus sitios; hay un número desmesurado de errores por parte de los ayuntamientos ; y los residentes incluso a veces se quejan de que bloquean la luz.

Plantar árboles se ha convertido en un medio para que los políticos demuestren que les importan y en una insignia equivocada de alfabetización ecológica por parte de los ayuntamientos. Pero los árboles urbanos maduros están siendo atacados como nunca antes, y esto es lo que creo que muestra el trabajo de Banksy. El artista eligió hábilmente su escenario y las multitudes seguirán apareciendo para ver el árbol. Pero para mí, su cruda imagen comunica algo mucho más profundo: cómo nos dañamos a nosotros mismos si continuamos permitiendo o ignorando el ataque a la naturaleza urbana. En la crisis climática simplemente no podemos seguir tratando la copa de nuestros árboles con tal salvajismo.



Gio Iozzi es  escritora y defensora de los árboles radicado en Londres que creó Haringey Tree Protectors.

miércoles, 27 de marzo de 2024

BANKSY Y EL ÁRBOL

 


Banksy confirma la autoría del mural de un árbol en el norte de Londres


 Kevin Rawlinson

 

 

El nuevo trabajo en el costado de un edificio en Hornsey Road en Finsbury Park, 


 

 

Un mural de árbol que apareció en un edificio residencial en el norte de Londres es obra de Banksy

Días atrás Banky reclamó el mural como suyo en una publicación de Instagram, luego de una mañana de especulaciones después de que fuera visto en Hornsey Road en Finsbury Park.  La obra está pintada en una pared que se encuentra detrás de un árbol mientras el espectador mira hacia el sureste por Hornsey Road.

Presenta una representación de tamaño natural de una mujer que sostiene una lavadora a presión y que aparentemente ha rociado pintura verde en el costado de un bloque de pisos. Vista con el árbol en primer plano y centrada en la pared, la pintura verde imita el follaje de la planta, que ha sido recortado en un proceso conocido como trasmocho.

“Tiene las técnicas adecuadas. Tiene un mensaje interesante y fácil de entender, una ubicación muy inteligente. Y realmente resuena en el momento en que lo ves. Y, con Banksy, el contexto lo es todo”, dijo James Peak al programa Today de BBC Radio 4.  Una multitud acudió a ver la obra de arte. Wanja Sellers, residente de Hornsey Road que vive a unas pocas puertas del mural, dijo a la agencia de noticias PA Media: “Estamos muy orgullosos y encantados de que Banksy haya elegido nuestra calle y haya elegido Finsbury Park para su trabajo.

“Los colores verdes brillantes representan Islington, que es preciosa, y también, por supuesto, el Día de San Patricio, que es bonito y festivo.“Elegir los colores de nuestro municipio simplemente lo hace sentir como un mensaje personal para nosotros, los residentes. Nos sentimos muy orgullosos”.

Lidia Guerra, otra residente de Hornsey Road, dijo: “La forma en que se hizo con la pintura me recuerda a un sauce llorón, por lo que tal vez haya un mensaje sobre la lucha de la naturaleza con el árbol muerto en frente.

“Es simplemente fantástico. Cuando lo leímos anoche, supimos que teníamos que venir a verlo lo antes posible. Nos sentimos muy orgullosos de pensar que eligió nuestra calle”.Radio 4 The Banksy Story, fue a ver la obra el domingo después de recibir un aviso. "El mensaje es claro: la naturaleza está luchando y depende de nosotros ayudarla a volver a crecer", le dijo a la BBC.

Describió la escena como un “entorno urbano, muy concurrido y urbanizado”, con el árbol en los jardines de algunas viviendas sociales. La figura de la mujer, dijo, era una “plantilla clásica al estilo Banksy”. Y señaló que el tono de verde utilizado para representar el follaje era “exactamente el mismo tipo de tono de verde virulento que Islington utiliza para sus carteles de viviendas sociales”.

“Entonces, cuando das un paso atrás, parece que el árbol ha cobrado vida, pero de una manera notablemente falsa y sintética. Y yo diría que es bastante sutil para un árbol enorme”. La emisora ​​añadió: "Ahora es primavera y este árbol debería estar lleno de hojas, pero Banksy debe haber pasado en bicicleta y haber pensado en lo miserable que se ve".

Se entiende que el equipo de eliminación de graffiti del ayuntamiento de Islington conoce la obra de arte y no la eliminará.

































 

martes, 26 de marzo de 2024

CIENTOCINCUENTA AÑOS DE IMPRESIONISMO

 

Monet regresa feliz: Normandía celebra 150 años de impresionismo

James March



Los acantilados, el arco de roca y la playa de Étretat.
Fotografía: Mikel Bilbao Gorostiaga




La espectacular costa del norte de Francia inspiró a algunos de los artistas más famosos del país. Ahora su trabajo aparecerá en espectáculos de toda la región.

"Cada día que estoy aquí, el cielo y el mar son diferentes”, dice Anastasia Kharchenko, mientras una llovizna incesante golpea nuestros paraguas. "A veces ni siquiera se puede ver el horizonte porque hay mucha niebla, pero en ciertos meses los colores son simplemente impresionantes".

Estamos parados en un acantilado cubierto de hierba sobre la ciudad de Étretat en la costa de alabastro esculpida por el viento de Normandía, con sus escarpados acantilados de tiza mirando hacia las aguas salvajes del Canal. Kharchenko es  jefe de asociaciones culturales de los Jardins d'Étretat, una colección de jardines de intrincado diseño que se retuercen y curvan por la ladera, salpicados de extravagantes instalaciones de arte neofuturista. 

Claude Monet era un visitante habitual aquí a finales del siglo XIX y pintó esta espectacular costa justo al norte de Le Havre más de 100 veces, precisamente porque estas condiciones climáticas caprichosas agregaron mucha atmósfera a su obra. Pero si bien Monet y el resto de los impresionistas eran famosos por sus etéreas representaciones de la vida al aire libre aquí y en la elegante campiña de Normandía, su trabajo fue visto juntos por primera vez, hace 150 años, dentro de un estudio de fotografía de París

Desilusionados por los altivos gustos tradicionales del Salón de París, este grupo de revolucionarios artísticos (que incluía a Monet, Renoir, Degas y Cézanne) celebró su exposición impresionista pionera en abril de 1874. Este año, el festival Normandie Impressioniste 2024, que comienzó el 22 de marzo, acoge una variedad de eventos para conmemorar el 150 aniversario de este momento histórico del arte, con espectáculos en los puntos costeros de Deauville, Caen y muchos más en toda la región.

Una de las obras expuestas en 1874 fue Impresión de Monet, Amanecer, una representación brumosa y ligeramente pincelada del puerto industrial de Le Havre con un sol rojo de la mañana reflejándose en el agua. Pintado en 1872, se considera el primer cuadro impresionista y adquirió fama en gran medida gracias a las palabras condescendientes del crítico Louis Leroy, quien sin querer acuñó el término “impresionismo” en una reseña publicada en la revista Le Charivari el 25 de abril de 1874: “Impresión, fui seguro de ello. Un dibujo preliminar para un patrón de papel tapiz está más acabado que este paisaje marino”.

 

Impresión, Amanecer de Claude Monet. Fotografía: Alamy

Monet creció en Le Havre y, a primera vista, la ciudad moderna es todo menos la cuna de ensueño del impresionismo que uno podría imaginar. Después de tomar un tren de dos horas hacia el oeste desde París, salgo de la estación de Le Havre hacia el fornido y amplio Cours de la République. El tranvía que va a mi hotel se desliza por el amplio bulevar de Estrasburgo, flanqueado por una ordenada masa de apartamentos de hormigón, resultado de edificios anteriores que fueron destruidos por las bombas aliadas contra posiciones nazis en septiembre de 1944. Después de la Segunda Guerra Mundial, el arquitecto y maestro de hormigón Auguste Perret fue el encargado de reconstruir Le Havre de forma rápida y económica.  Cuando se completó el trabajo de Perret en la década de 1960, la austera cuadrícula de calles en bloques de la ciudad que formaban el nuevo centro de la ciudad llevó a que Le Havre fuera cruelmente apodado en algunos sectores "Stalingrado-sobre-Mar". Pero el contexto lo es todo, y cuanto más tiempo paso aquí, más distinto y único se siente. Ningún otro lugar que he visto en Francia se parece a esto. Sus líneas rectas y su sensación de orden tienen un encanto extraño, no muy diferente al de algunas ciudades japonesas, y su apariencia modernista fue finalmente reconocida por la Unesco en 2005.

“Aquí decimos que Normandía es la cuna del impresionismo”, dice mi guía Lise Legendre, mientras paseamos por el paseo marítimo bañado por el mar del barrio de Saint Adresse de Le Havre, donde vivió Monet y a lo largo del cual se colocan paneles fijos que muestran obras impresionistas del siglo XIX para comparaciones fascinantes con el panorama actual.

“Pero para hacerse famosos y vivir de su arte, aquí no podían hacerlo”, dice Legendre. “Tuvieron que ir a París. Así unimos Normandía y París. Estamos siendo muy diplomáticos”.

París era el sueño, pero Monet se encontró a sí mismo y a su estilo aquí. Las casas en las laderas de las colinas caen en este rincón de la ondulada playa de guijarros de Le Havre, y los bistrós con fachadas de vidrio que se preparan para la temporada de verano se alinean en el paseo marítimo. Las turbias siluetas de los portacontenedores se perfilan glacialmente a lo largo del horizonte, esperando pacientemente entrar al puerto. De regreso a la ciudad, el Musée d'Art Moderne (MuMa) está preparando una exposición intrigante, que se inaugurará en mayo, que explora la relación entre el impresionismo y los años de formación en tonos sepia de la fotografía del siglo XIX, y cómo esas imágenes liberaron a los artistas. alejarse de las representaciones reales del mundo que los rodea.

La luz natural entra a raudales por los grandes ventanales del MuMa, y la luz del sol que brilla sobre las obras de Renoir y Pissaro parece apropiada para un museo con la colección impresionista más grande fuera de París. De esta forma, la luz es una celebración.

MuMa, el Museo de Arte Moderno de Le Havre. Fotografía: Serge Mouraret/Alamy

“Las pinturas impresionistas son parte de mi infancia”, dice la nueva directora del MuMa, Géraldine Lefebvre, quien, convenientemente, creció en la rue Claude Monet de Le Havre. Le pregunto por qué la obra de Monet, Renoir, Pissarro y compañía sigue resonando después de 150 años. "Porque son pinturas de la vida cotidiana", dice. “Están llenos de vida, colores, atmósferas. Puedes sentir el paisaje. Quizás no sean intelectuales, pero son pinturas a las que la gente puede acercarse y comprender”.

La naturaleza obsesiva de Monet lo llevó a lo largo de las sinuosas orillas del Sena hasta Rouen, una ciudad caricaturescamente hermosa sembrada de casas adosadas con entramado de madera de colores pastel y notable por la altísima aguja negra como el carbón de su catedral de tres torres, la más alta de Francia con 151 metros. Pintó la intrincada fachada de la catedral gótica 28 veces en diversas condiciones de luz, y la serie fantasmal se convirtió en una de sus más admiradas. Y a partir del 24 de mayo, el espectáculo Cathedral of Light del artista estadounidense Bob Wilson iluminará la fachada todas las noches de verano, con música de Philip Glass y letra de Maya Angelou.


Pinturas impresionistas en Le Havre. Fotografía: James March


Por ahora, sin embargo, es una tarde de marzo sorprendentemente cálida, con turistas con camisetas descansando en tumbonas de madera permanentes afuera. Deambulo por las zigzagueantes calles medievales de Rouen hasta el Museo de Bellas Artes, donde está a punto de inaugurarse otra exposición de uno de los residentes más sorprendentes de Normandía.

David Hockney ha vivido aquí desde 2019 y su exposición sobre el normandismo es una explosión de llamativos paisajes verdes y divertidos retratos iPad de sus amigos y seres queridos. La entrada es gratuita y estará abierta desde este mes hasta el 22 de septiembre, y su lugar al lado de las obras maestras de Monet y compañía es inspirador.

La exposición de impresionismo más grande de Francia se inaugura en el Museo D'Orsay de París a finales de este mes ( París 1874. Inventar el impresionismo ), pero el Sena y Normandía pueden dejar una huella mayor, sin importar el clima.




















 

lunes, 25 de marzo de 2024

POEMA



El amor existe

Cristina Peri Rossi

















El amor existe
como un fuego
para abrasar en su belleza
toda la fealdad del mundo.

El amor existe
como un presente de las diosas
benignas
a quienes aman la belleza
y la multiplican,
como los panes y los peces.

El amor existe
como un don
sólo para quienes están dispuestas
a renunciar
a cualquier otro don.

El amor existe
para habitar el mundo
como si fuera
el paraíso
que un amante distraído perdió
por pereza
por falta de sabiduría.

El amor existe
para que estallen los relojes
lo largo se vuelva corto

lo breve infinito

y la belleza borre
la fealdad del mundo.













































viernes, 22 de marzo de 2024

EL OTRO LADO DE LAS COSAS

 

El lado malo de las cosas

 Virginia Feito

 

 

 



Escultura por Giancarlo Morandi



En defensa del pesimismo como arte y entrenamiento cognitivo para prevenir el Alzheimer. Un día pesimista equivale a 100 sudokus.

Me imagino que en el 98% de los casos se utiliza por un sentimiento de culpa tras 40 minutos haciendo precisamente eso que has dicho que no puedes hacer. O para cortar una conversación con tu madre, porque sabes que si no lo dices tú lo dirá ella, utilizando una estrategia similar a la que empleaba cuando no querías terminarte la comida de pequeño y te recordaba que hay niños en el mundo muriendo de hambre (“Ese niño no soy yo, sin embargo”, podías haber replicado. No lo decías porque, en fin, la vida es corta). Para mí, quejarme es algo tan automatizado como respirar, o como ignorar los extractos de mi tarjeta bancaria. Ni siquiera necesito que mis quejas sean escuchadas; me vale con lanzarlas al aire como un pequeño puñado de confeti putrefacto. Actualmente tengo un orzuelo del que me quejo aproximadamente cada media hora. Saco el orzuelo en cada conversación que tengo. Lo he hablado con un mujer en la calle.

Mi marido dice que cuando supero una queja me agarro a otra, como si fueran lianas y yo el Tarzán extremadamente neurótico que las navega. Claro que hago esto. ¿Cómo se vive si no? ¿Te quejas una vez y ya? ¿Te tragas la queja como si fuese una flema que no puedes escupir en público? ¿Cómo superas entonces las gigantes dosis de ansiedad que puede provocar un plomero que nunca será tan apto como los que contrata tu madre, o un e-mail que mandaste hace 48 horas y no te están contestando, o una pizza que te llega tarde a casa y encima no tiene todo lo que pediste porque pediste muchísimas cosas? Uno se queja por supervivencia. Siempre puedes y debes quejarte.

Por si alguno necesita practicar, adjunto ejemplos de cómo ver el lado malo de las cosas, para ir entrenando esa parte del cerebro que no quiere que la escuchen ni que la quieran sino que la dejen vivir en su desgracia, porque al fin y al cabo la insatisfacción es la única manera de progresar:

Qué buen día hace.

—Ahora te sudan las ingles. Ya es primavera, ahorraremos en calefacción. —Pero entonces las toallas del baño estarán mojadas y olerán a moho.

Ya es verano, puedo estrenar ropa fresquita nueva.

—Tendrás que estrenar también todas las arañas que te han salido por las piernas.

Ya es otoño, puedo taparme las arañas de las piernas.

—Es época de catarros. Además, cada día eres más vieja.

Han abierto una tienda que me encanta en mi barrio.

—Qué pena daría tener que mudarte algún día, algo probable ya que tu piso es alquilado. (Imaginemos todos los pisos y barrios inferiores a los que tendremos que mudarnos eventualmente.)

Este año he ganado más.

—Tendrás que pagar más a Hacienda.

Tengo muchos buenos amigos.

—Suena sospechoso. Seguro que varios no son tan buenos como crees.

Estoy de vacaciones.

—Pero estás durmiendo peor por las almohadas / el colchón / los ruidos del hotel.

Estoy de vacaciones y estoy durmiendo mejor que en casa.

—Pero cuando vuelvas a casa dormirás peor y echarás de menos la cama del hotel.

Estoy vivo, estoy sano.

—Pero tienes poco pelo


.....................

 























jueves, 21 de marzo de 2024

MILMILLONARIOS



¿Deberíamos preocuparnos por los multimillonarios?


David Weldon





 Ilustración: Elia Barbieri













La riqueza individual está alcanzando niveles que nunca antes habíamos visto. ¿Qué podría significar eso?

A principios de cada año, la élite corporativa y política del mundo se reúne en la estación de esquí suiza de Davos para darse palmaditas en la espalda, asistir a seminarios sobre “la cuarta revolución industrial” –cualquiera que ésta sea– y, en general, reflexionar sobre el estado del mundo. Pocas veces se puede encontrar tanta riqueza en tan pocas salas de conferencias. Y cada año, Oxfam, la organización benéfica para el desarrollo global, aprovecha la oportunidad para hacer cálculos sobre el estado de la desigualdad global. Los hallazgos de Oxfam suelen ser llamativos, pero este año lo son especialmente.



Descubrieron que la riqueza de las cinco personas más ricas del mundo se ha más que duplicado, de 405.000 millones de dólares en 2020 a 869.000 millones de dólares a finales de 2023. Eso supone un aumento de unos 14 millones de dólares por hora, lo que no está nada mal según los cálculos de cualquiera. Quizás lo más sorprendente sea que Oxfam calcula que, si siguen las tendencias actuales, el mundo recibirá a su primer billonario de dólares en una década. Elon Musk, la persona más rica en el momento de escribir este artículo, vale aproximadamente una quinta parte de eso, 210.000 millones de dólares.


Por supuesto, puede llevar más tiempo de lo que predice Oxfam, pero las tendencias globales son razonablemente claras. Si retrocedemos aproximadamente una década, el entonces hombre más rico del mundo, Carlos Slim –un magnate mexicano de las telecomunicaciones– valía unos 70.000 millones de dólares, o un tercio del valor estimado actual de Musk. Parece probable que, sin un cambio radical, tengamos nuestro primer billonario en la década de 2040.


Incluso en macroeconomía, donde las cifras enormes son comunes, un billón de dólares es mucho. A modo de contexto, la producción económica anual total del Reino Unido asciende a unos 2,9 billones de dólares. Para comprender cuán sin precedentes será esto, es útil pensar históricamente. El magnate petrolero John D. Rockefeller fue anunciado por los periódicos como el primer multimillonario del mundo en dólares allá por 1916. El PIB de Estados Unidos era entonces de alrededor de 50 mil millones de dólares, por lo que Rockefeller valía alrededor del 2% del ingreso nacional. Ahora está más cerca de los 27 billones de dólares y se espera que crezca hasta los 40 billones de dólares a mediados de la década de 2030 , por lo que un billonario contemporáneo valdría entre el 2,5% y el 3,5% de la producción del país más rico del mundo, una porción mayor que la de la persona más rica del mundo moderno. historia económica.


De hecho, nunca ha habido tantas personas súper ricas como las que hay hoy en día, y las cifras se han disparado desde la crisis financiera de 2008. En aquel entonces, había 1.000 multimillonarios de dólares ; ahora hay más de 2.000. Un indicador evidente de esto se puede ver cada verano en los puertos deportivos de los complejos turísticos acomodados. En el cambio de milenio había menos de 2.000 superyates, en comparación con los más de 5.000 actuales, con alrededor de 150 nuevos lanzamientos cada año.

Estas disparidades extremas son antinaturales, políticamente peligrosas y, de hecho, amenazan la estabilidad económica.


Algo de esto importa? ¿No son los multimillonarios, incluso algún que otro billonario, la señal de una economía próspera? Para responder a esto, debemos analizar cómo llegamos hasta aquí en primer lugar. Tres tendencias económicas son clave: primero, los precios de los activos han aumentado rápidamente y mucho más rápido que los salarios. Una década de bajas tasas de interés hizo que el precio de todo, desde acciones hasta casas y obras de arte, se disparara su valor. Este es el tipo de cosas que la gente rica ya tiene, por lo que es un caso clásico de ricos que se hacen más ricos. Y si pensaba que los aumentos de las tasas de interés podrían acabar con eso, el S&P 500, el principal índice bursátil de Estados Unidos, alcanzó un máximo histórico en febrero de 2024.


En segundo lugar, está el aumento de las ganancias corporativas. Muchos de los multimillonarios del mundo han ganado dinero dirigiendo empresas, a menudo en industrias marcadas por una baja competencia. Las corporaciones con grandes cuotas de mercado pueden aumentar los precios sin que esto afecte sus resultados, ya que los clientes tienen pocos lugares adonde ir. Como señala Oxfam, el margen medio mundial, la diferencia entre el precio de producción y el precio de venta, aumentó del 7% en 1980 al 59% en 2020.


En tercer lugar, los regímenes tributarios en general se han vuelto menos progresivos. En 1979, el tipo marginal máximo del impuesto sobre la renta era del 83% en el Reino Unido. En Estados Unidos fue del 70%. Actualmente, las tasas son del 45% y 37%, respectivamente. En resumen, los superricos no sólo se han beneficiado del aumento de los precios de los activos y de mayores ganancias, sino que además pagan impuestos a la mitad del nivel que tenían hace dos generaciones.


Es cierto que una cierta desigualdad está inherente al capitalismo: algunos trabajarán más duro que otros o estarán más preparados para asumir riesgos. Pero resulta que disparidades tan extremas son antinaturales, políticamente peligrosas y, de hecho, amenazan la estabilidad económica. Hay pruebas de que las sociedades desiguales son más vulnerables a las crisis y más propensas a sufrir inestabilidad política. Una investigación del Fondo Monetario Internacional, no conocido por sus simpatías izquierdistas, identificó la desigualdad y la pérdida del poder de negociación de los trabajadores como factores principales en la crisis de 2008. Algunos economistas y filósofos, como Ingrid Robeyns, sostienen que un límite superior estricto a la riqueza individual no sólo es moral y socialmente correcto, sino también económicamente deseable.


Entonces, sí, deberíamos preocuparnos por el surgimiento del primer billonario del mundo. Pero prevenirlo requeriría algunos cambios radicales. Significaría que los políticos reconozcan que la tributación implica algo más que simplemente aumentar los ingresos: prevenir la desigualdad extrema es un bien en sí mismo. Se requeriría un nuevo enfoque en una política de competencia rigurosa para romper y prevenir los monopolios. Se necesitaría un cambio en la gobernanza corporativa, de modo que los accionistas no sean la única prioridad y también se tengan en cuenta las necesidades de los empleados, proveedores y clientes.


Sin embargo, si uno mira hacia atrás a Rockefeller, puede haber motivos para tener esperanza. El hecho de que formara parte de una cohorte de empresarios conocidos como los “barones ladrones” dice algo sobre la visión popular de su inmensa riqueza. Ese descontento político culminó en la era progresista, durante la cual la política de competencia se endureció, las tasas impositivas marginales se dirigieron hacia el norte y los derechos y el poder de los trabajadores aumentaron. Por supuesto, fue necesaria una caída del mercado de valores y una depresión para que el panorama cambiara decisivamente, pero hoy tenemos la ventaja de la perspectiva económica en retrospectiva. El hecho de que los líderes del G20 estén considerando un impuesto mínimo global a los multimillonarios es una buena señal, pero no será suficiente. La perspectiva del primer billonario del mundo debería ser un estímulo para actuar antes de que sea demasiado tarde.