El Colegio, lecturas, amigos.
Alejandro Schleh
PRIMERO UNDÉCIMA, DE LAS PRIMERAS DIVISIONES MIXTAS DEL COLEGIO;
Castells Blanco, Firmenich, Cafarelli, el autor y otros.
Undécima y Duodécima División, cuna de Montoneros.
Debajo del busto de Juan Nielsen o el de Amadeo Jacques –rectores y profesores ilustres del colegio-, en el rellano más alto de la escalera y junto a la anchísima y absolutamente vidriada puerta cancel, esperábamos que abriesen las puertas a la una en punto de la tarde cuando sonara el timbre. Desde esa posición estratégica dominábamos la visión del conjunto de los demás estudiantes que escaleras abajo y sobre la vereda de Bolívar, esperaban la hora de entrada. Éramos unos siete u ocho que nos juntábamos, y siempre, mas o menos los mismos. Uno de ellos era Mario. Sonriente, de buen humor y carácter, se mostraba pensativo y reflexivo cada tanto. Un día, desde esas alturas en que nos encontrábamos, nos señaló con un movimiento de cabeza a un grupito de cinco o seis que allí en la vereda conversaban y fumaban muy peinados con gomina. Con tono solemne y de admiración al mismo tiempo nos dijo: “ esos son de Tacuara”. Tenían unos años más que nosotros. Yo todavía no sabía que significaba eso de Tacuara además de ser una caña. La palabra y el instinto me sugirieron sin embargo, algo heroico y prohibido a la vez, que involucraba al país, a la nacionalidad y a la tradición.
Me recordó al maestro de sexto grado que era
revisionista y se la pasaba hablando del Chacho Peñaloza y nos hacía leer en el
frente el libro de historia que el mismo había escrito.
Con el tiempo fui aprendiendo cosas de
política. Qué significaba ser de Tacuara además de andar cargando cruces de
Malta y poner a Rosas en lo alto. Era la época de los caqueros y era común
andar arrastrando los mocasines rotos al
caminar; porque no tenían que estar sanos. Moda entre los chicos de clase
media, los pantalones Oxford y el cinturón de correa con hebilla marinera.
Fui aprendiendo eso y fui aprendiendo qué cosa
significaba ser socialista y qué conservador. Fui leyendo algo de Echeverría,
Jean Jaures y terminé hojeando a Marx, devorando cuanto panfleto se me cruzara
en el camino. Leí Mi Lucha y alguno de Perón; Conducción Política creo.
Nietzsche y Diderot. Otro que se juntaba con nosotros, antes de entrar al
colegio y en los recreos, era Illanes, que era de familia socialista de la
provincia de San Juan, y se la pasaba cantando “atrás, atrás chancho burgués”.
Aprendí qué significaba ser conservador gracias a Castells Blanco, que decía
serlo; seguro en su casa lo eran. Varios años más tarde encontré al “gordo”
Castells como coordinador en una reunión de la Jotapé. Sólo nos
saludamos. Se ve que había descubierto el nicho conservador del peronismo
revolucionario; porque en matices y nichos el peronismo es campeón.
Yo no sabía que quería Mario. Quizá embromar de manera seria y
marcial. De vez en cuando se cuadraba haciendo sonar los tacos y hacía el
saludo, romano decía, pero todos sabíamos que era el nazi. Fue mi compañero de
banco durante todo segundo año. Inteligente, se notaba que no estudiaba
demasiado y que con cierta facilidad arañaba el siete salvador. En los recreos
era común que estuviésemos juntos; nos divertíamos, contábamos chistes, éramos
un grupo de cinco o seis. Pero el tenía otros amigos además de nosotros. Los de
la duodécima división mixta y otras adyacentes: Ramus, Abal Medina, creo que
Capuano Martínez. Hoy todos ellos montoneros muertos en diferentes
enfrentamientos.
Con esta gente y otros comencé a frecuentar la JEC (Juventud Estudiantil
Católica). Ellos adherían ciegamente a todos los supuestos de la fe. Yo era
algo agnóstico y contestatario y me divertía discutir y cuestionar a los curas.
Fui a esas reuniones tres o cuatro veces hasta que me di cuenta que nada tenía
yo que hacer allí poniendo en tela de juicio la existencia de Dios. La política
se metía en todas partes e iba formando la piel de la juventud por esos años de
1961, 1962, 1963.
Sólo dos. Dos años en el Colegio que dejaron rastros indelebles en mi vida. Recuerdo absolutamente bien los rostros y apellidos de todos mis compañeros. La música clásica de fondo en los recreos por los claustros.
Sólo dos. Dos años en el Colegio que dejaron rastros indelebles en mi vida. Recuerdo absolutamente bien los rostros y apellidos de todos mis compañeros. La música clásica de fondo en los recreos por los claustros.
Casi no reconozco haber ido a ningún otro
secundario además de él. Los otros me parecieron de juguete. La diferencia que
había en esos tiempos entre ése y un colegio nacional común era tan grande que
motivó, por ejemplo, que prácticamente no volviese a tocar un libro de
matemática hasta la facultad. Con mi matemática de segundo aprobada ya tenía
las derivadas e integrales incorporadas.
Recuerdo con cariño al profesor Rojo,
ensimismado, llenando pizarrones con algún teorema que irremediablemente
terminaba LQQD, “lo que queda demostrado”. A mi no me gustaban los números, me
costaba seguirlo, y algunas veces ante la imposibilidad de hacerlo y
ejercitando mi vocación por la psicología –aunque no me gustaba ir al gabinete
psicopedagógico- me dedicaba a mirar a Caffarelli que tenía diálogo generoso y
un ida y vuelta de preguntas y respuestas de lo mas fluido con el profesor. No
podía entender yo como alguien podía tener tanta curiosidad y deseo de
aprender. ¿Para que quería saber tanto Caffarelli?
Luis Caffarelli, el hijo de un verdulero
italiano de La Boca ,
hoy, es alguien importante en el mundo de la matemática a nivel mundial.
Reconocido en todas las universidades, vive en
EEUU, país que se dedica a comprar los monos sabios que andan sueltos por el
orbe. Anduvo haciendo con las ecuaciones cosas inexplicables para mi, una
suerte de malabares que le dieron notoriedad.
La colección de premios Konex de platino, oro,
plata, y menciones especiales por él ganados,
llenan las páginas del Google.
En las clases de gimnasia en el campito de Cangallo
–hoy Perón- y Costanera, adonde llegábamos durante el tiempo que duró la
reparación del puente cruzando en bote por diez centavos, a Mario siempre le
tocó ser capitán de un equipo; jugaba muy bien al fútbol y tenía la
responsabilidad de elegir sus jugadores. Yo siempre quedaba casi para el final
y él, con una sonrisa resignada, me elegía para el suyo.
Muchos años después de haber pasado por el
colegio secundario lo vi desde el colectivo en que viajaba a lo largo de la Avenida Córdoba.
Estaba conversando con alguien en un pequeño bar que ya no existe entre Callao
y Rodríguez Peña. Bajé apurado para saludarlo y me hizo sentar con ellos. Todo
de una manera muy fría. Me hicieron sentir que los estaba importunando y que en
realidad querían que yo me fuese de allí lo antes posible. Y así lo hice.
Estaba serio Firmenich. Hoy, visto a la distancia, pienso que algo estaría
tramando Mario con ese amigo de pocas palabras. Pocos días después fue el
secuestro de Aramburu. A todo esto yo ya estaba en la facultad de
arquitectura.
Fragmento
(Continuará)
Apéndice
Algo más para todos aquellos que se interesen por el tema y que puede encontrarse en hemerotecas o más a mano en Internet.
Miss Musa
Mario Firmenich y Norma Arrostito cuentan "Como murió Aramburu."
ERA LA UNA y MEDIA DE LA TARDE DEL 29 DE MAYO DE 1970. Las radios de todo el país Interrumpieron su programación para dar cuenta de una noticia que poco después conmovería al país. "Habría sido secuestrado el Teniente General Pedro Eugenio Aramburu"
Un breve fragmento del reportaje que fuera publicado como nota principal, el 3 de setiembre de 1974 en la revista citada, La causa peronista.
MARIO: "El ajusticiamiento de Aramburu era un viejo sueño nuestro. Concebimos la operación a comienzos de 1969. Había de por medio un principio de justicia popular -una reparación por los asesinatos de junio del 56-, pero además queríamos recuperar el cadáver de Evita, que Aramburu había hecho desaparecer.
Pero hubo que dejar transcurrir el tiempo, porque aún no teníamos formado el grupo operativo. Entre tanto, trabajábamos en silencio: la ejecución de Aramburu debía significar precisamente la aparición pública de la organización.
A fines del 69 pensamos que ya era posible encarar el operativo. A los móviles iniciales, se había sumado en el transcurso de ese año la conspiración golpista que encabezaba Aramburu para dar una solución de recambio al régimen militar, debilitado tras el cordobazo.
Por la Importancia política del hecho, por el significado que atribuíamos a nuestra propia aparición, fuimos a la operación con el criterio de todo o nada. El grupo Inicial de Montoneros se juega a cara o ceca en ese hecho."
Que bueno esto. Mucho de documento interesante (supongo no es una ficción ya que aparecen nombres y apellidos) y atrapante descripción. Habia olvidado (yo tambien soy de esa epoca del nacimiento de los grupos terroristas) que el puente sobre Cangallo que unia con costanera sur estuvo en raparación un tiempo largo. Que bueno Musa Encantada....seguí publicándolo a este "Miguel Cané Segundo" aunque sea de a parrafos esporádicos como este; lo voy a seguir al cuento real. Yo también tuve, sin buscarlo ni quererlo, mi historia con un grupo terrorista..Muy bueno ! R.U.
ResponderEliminarDice continuará ya ves, seguiré con la historia de esa juventud que al parecer puede ser la tuya R. U. Aquellos tiempos nos marcan y nos dividen todavía, no como hechos del pasado sino como si aún los viviéramos. Lamentable. Pero nuestro " Miguel Cané Segundo " ni yo misma (con lo que agrego ) apelamos a eso, sino al recuerdo de lo que inevitablemente nos hace tan claramente argentinos. Un grato comentario el tuyo te lo agradezco y te invito a compartir lo que puedas contarnos sobre este tema.
EliminarEse colegio fue, es y será, una cueva de "raros", como una secta de intelectuales, algunos bochos tranquis y buenazos...otros se creen lo maaaas !!! No me gusta ese Colegio. Sí me gusta esa historia aparentemente inconclusa. Seguila. Carlos Brignone (loco por el facebook)
ResponderEliminarComo le digo a R. U. esta historia seguirá Carlos B ( loco por el facebook), me alegra que aún con tus reservas sobre esos elitistas, te guste. Cada comentario importa porque veo que el texto " pega". Gracias y espero comentarios tuyos en otros temas.
EliminarCoincidencia, el Colegio y la facultad de arquitectura, solo que la mía en Virgina. Otros tiempos, cierta inocencia y la violencia oculta. Buen recuerdo. Ricardo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ricardo, el mérito no es mío pero sé o siento que hacer conocer esos recuerdos es ver otra parte de la historia. Esa historia desconocida o vista desde otro sitio que nos genera, a mí por lo menos, más preguntas que respuestas.
Eliminarlo que ví en tu blog es todo bueno...esto llama mi atencion más allá de lo literario (es llevadero)...ya que vi que el autor participó alguna vez en tu blog en otro pasaje...tenés forma de conectarte con él para iniciar algun tipo de diálogo? Enriqueta Funes
ResponderEliminarTrato al menos, trato de elegir desde lo bueno Enriqueta, que me guste a mí y a ustedes los lectores. Con respecto a tu pregunta, creo que el autor no tendrá reparo alguno, lo consulto y luego vemos como te hago llegar su correo. Gracias una vez más por tus palabras.
EliminarMi pregunta es...¿debe entenderse que en esa foto está Firmenich? es una foto real de su paso por el Colegio Nacional de Bs As? Agrego...ese colegio no es elitista para nada como alguien dice en un comentario más arriba...pero absolutamente para nada...comparten las aulas hijos de verduleros con hijos de profesionales o empresarios. Las comparten los ateos con los agnosticos con los católicos , judios o protestantes. La única limitacion es la capacidad de estudio. Quienes no son capaces deben irse del colegio, bastante diferente de lo que pasa en los colegios privados donde el alumno es un ciente. Y en las universidades se nota la diferencia abismal entre los egresados de los colegios comunes o privados y los egresados del viejo colegio. Es abismal. Juan Carlos Sanchez Zinny
ResponderEliminarSi, Juan Carlos, es una foto real y en ella está Firmenich, como el autor y el no menos importante Cafarelli, orgullo de los argentinos. Lamentablemente a Firmenich no lo identifico, pero esto le llegará al autor y nos hará saber cual de ellos es. Te propongo que vuelvas y lo veas.
ResponderEliminarCoincido absolutamente sobre el supuesto " elitismo", el Colegio es y ha sido un sitio de excelencia donde la única limitación es la capacidad de entrega, de estudio y de superación permanente. Muchas gracias por este aporte, bienvenido.
Muy interesante el blog, divertido, ameno, interesante.
ResponderEliminarEsto último además de su valor literario y documental para reflexionar como padres, como ciudadanos, como maestros. ¿ Qué hace que una persona mate ? Entre tantos... algunos como Caffarelli, tan brillante. Las comparaciones, las asociaciones me conmocionan, me desamparan. Como te darás cuenta soy docente. No más palabras, gracias.
Susana A. de Ferro.
Susana me importan tus palabras sobre el blog, gracias.
EliminarSobre Juvenila y tu o tus preguntas ¿ Qué puedo contestarte? Si te hicieron pensar aunque las comparaciones te conmuevan, bienvenido sea. Debemos ser conscientes no solo vos como docente, todos, como ciudadanos.
Interesante...tiene algo de documento esto....pocos saben -menos la juventud que hoy va ingresando en la politica- del origen ultracatóloco y derechista, nacionalista a ultranza de los primeros montoneros...luego de dar los primeros pasos fueron virando hasta ser copados finalmente por los movimientos de izquierda. Con respecto del colegio me parece una estupidez tildarlo de elitista...nada más alejado de eso. C. Briganti (ex-alumno).
ResponderEliminarEs un auténtico documento C., nos muetra desde adentro y en sus primeros pasos lo que luego se volvería de una dimensión y un peso incalculable. Algo que ahora se vuelve actual y vuelve a enfrentarnos por lamentable que sea. Respetemos la opinión de otros, aunque precisamente sobre el Colegio comparto tu opinión y la de otros, escritas acá antes. Gracias por tu testimonio.
ResponderEliminarBien Miss Musa, hacia adelante y no olvides 8N/8N/8N/8N....!!! T.E.D.
ResponderEliminarGracias T !!
ResponderEliminarMe lo había perdido, te empecé a leer hace poco...Muy bueno el texto y excelente el apéndice. Para no perder de vista la historia reciente. Betty Colombo.
ResponderEliminarLo comenté en su momento, excelente recuerdo.
ResponderEliminarFelicitaciones por el año compartido! R
Comento como Anónimo, no porque no quiera dar mis datos, los pondré al pie, a fin de hacerme responsable de lo que digo, sino porque no se como situarme en la selección de perfil.Resalto también el nivel de respeto de los comentarios, tan distinto a los que leemos en los diarios todos los días; personas que se encierran en "claves",sobrenombres o seudónimos, para agraviar, en fin sin construir.
ResponderEliminarBueno el artículo. Me da la impresión que el colegio al cual fue el articulista debe haber sido de una elit del pensamiento en sus profesores y también una elit en el pensamiento de sus alumnos, por lo menos así lo aparenta el autor de la nota, por los resultados posteriores, me parece, que algunos equivocaron la ruta. Bueno, es cuestión de opiniones.
Pero esto que cuenta del Ex Presidente Aramburu, me hace acordar al gordo Masa, con quien compartíamos noches de charlas trasnochadas y mate en el antiguo Hogar Sacerdotal, junto con Angelelli, que era solo cura y los otros curas como Beto Rojas, Pepe Echevarría, Gaido, De la Ferrera, toda gente pensante en busca de un mejor Pais de un mejor ser humano.
Masa me sorprendió cuando de la noche a la mañana apareció en la toma de La Calera y después en el secuestro de Aramburu. No obstante no deje de apreciarlo y valorarlo.
Yo también fui a colegios en donde compartíamos el aula con el hijo del panadero, del tendero del barrio de los turcos, en fin toda gente piola, buena,que quería llegar a mas, pero en paz y sin matar a nadie.
En fin tengo buenos recuerdos de mis colegios, mis compañeros, mis profesores.Me divertí mucho, cosa que también es muy importante en la educación.
Agustín E.Despontin