lunes, 19 de septiembre de 2016

POEMA


Silencios del Hudson


Virginia Cantó










Estabas tan callado
que lancé una piedra inquisitiva
por ver si despertabas.

Entonces me miraste
y formaste surcos de azul en tus mejillas,
ascendentes como abrazos vespertinos
de esos que sólo la luz puede ofrecerte.

No te ruborices.
Se te están encarnando los silencios en el agua
y yo sólo quería escucharlos un latido.

La humedad de lo inerte oxida nuestros huesos
y el azul es tu azul si afilamos el tintero.

Duerme de nuevo. Aún es temprano.
Mi mirada acechante no volverá a perturbarte.

                                                                  





(Poemario Poemas para zurdos, 2010)





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