miércoles, 14 de marzo de 2018

TEHERÁN Y EL LOUVRE.




El Louvre en Teherán









El canciller francés Jean-Yves Le Drian y el vice-presidente del Patrimonio cultural iraní, Alí Asghar Mounesan,
 en la exposición del Louvre en Teherán.



En una iniciativa de diplomacia cultural pionera, el Museo del Louvre ha inaugurado una importante exposición con medio centenar de obras de sus fondos en el Museo Nacional de Irán. La muestra, El Louvre en Teherán, Tesoros de las colecciones nacionales francesas, exhibe objetos de Asia, África y, sobre todo Europa. “Es la primera vez que los iraníes tenemos la oportunidad de visitar una colección de obras maestras de las civilizaciones de Asia, Europa y África en un mismo museo”, declaró Jebrael Nokandeh, director del Museo Nacional de Irán.






Esta exposición es fruto de un acuerdo entre el Louvre y el Museo Nacional iraní alcanzado en 2016, durante un viaje a Francia del presidente de Irán, Hasan Rohani. Y constituye un hito porque los amantes iraníes de la historia y el arte han estado privados de estas muestras debido al aislamiento al que fue sometida la República Islámica por su programa nuclear, levantadas hace dos años tras la firma de un acuerdo para limitarlo.

56 piezas de Roma, Grecia, Mesopotamia, la civilización hitita y el arte clásico europeo han viajado desde Francia con financiación del grupo Renault y de la Fundación Total, que tienen intereses económicos en Irán. Solo hay dos piezas iraníes porque “el objetivo principal era exhibir objetos de otras culturas”, ha explicado Nokandeh. No obstante, ha sugerido la posibilidad de una futura “exposición enfocada en los objetos hallados en Irán dispersos por museos del mundo, y en concreto en el Louvre”.






Originarios de Irán en esta muestra son un hacha de bronce de la cultura elamita de 1300 a. C. que fue hallada en Choghazanbil, en la provincia de Juzestán, durante las excavaciones arqueológicas de un equipo francés, y un estandarte del segundo milenio a. C. que pertenece al arte de bronce de Luristán y es una de las primeras piezas iraníes adquiridas por el Louvre de una colección privada.





Una mujer junto a la escultura 'Funerary Genius' en la exposición 'El Louvre en Teherán',
 inaugurada el 5 de marzo en Teherán.


La exposición se divide en seis etapas de la formación de Louvre a partir de su creación en 1793 que representan “el museo vivo”, “el sueño de globalización”, que recuerda el nacimiento del museo parisino; “piezas asirias y redescubrimiento de las civilizaciones orientales”; “Champollion y la apertura de la sala de Egipto”; “el redescubrimiento de las artes medievales y las civilizaciones islámicas”, y “los cuadros de Abbas Kiarostami”. Este último apartado, un guiño al público iraní al que va dirigido, reúne 18 fotos del difunto cineasta tomadas de las obras y espacios del museo francés. “Las piezas de Kiarostami son una prueba del dinamismo del Louvre”, dijo su director, Jean-Luc Martinez. Y subrayó su deseo de “saber cuál es la sección que más atrae a los iraníes y cuál desean conocer más a fondo.”

La exhibición, que en su apertura oficial ha contado con la presencia del ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, cierra el 8 de junio. En paralelo, la sucursal del Louvre en Lens está organizando una muestra de obras maestras del arte persa del siglo XIXy en su sede de Abu Dhabi, hasta el 7 de abril, 150 obras sobre sus orígenes.

La selección del Louvre que por primera vez se presenta a los ojos del público iraní comprende obras maestras muy variadas, entre ellas, una esfinge egipcia de 2.400 años de antigüedad, un busto del emperador romano Marco Aurelio, un dibujo de Rembrant o un paisaje de Camille Corot, entre otros. “En el océano a veces tumultuoso de las relaciones internacionales, la diplomacia cultural es un faro que debemos mantener encendido”, explicó Jean-Yves Le Drian. Las piezas hicieron el viaje desde el corazón de París hasta Irán en barco, un esfuerzo que pocas veces se hace para cuando concierne obras frágiles y antiguas.
“La idea era de llevar el Louvre a los iraníes, así que hicimos una selección de obras que fueran representativas de los fondos que se conservan en el Louvre, desde esculturas, antigüedades, pinturas clásicas, hasta piezas contemporáneas y obras que acaban de entrar en las colecciones del Louvre”, explicó Judith Hénon, una de las responsables de la exposición.

Sin embargo, tratándose de Irán, la selección parisina no incluyó ningún desnudo u obra que pudiera crear escándalo en la república islámica.






Un viaje por la historia del Museo Louvre en Teherán















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