LA MUSA ENCANTADA: ALEGORÍA DE BOSNIA

Mersad Berber

(1 de enero de 1940 - 7 de octubre de 2012)

Berber nació en Bosanski Petrovac, Reino de Yugoslavia. Su padre tenía un salón de belleza para mujeres en el centro de Banja Luka, y su madre era una talentosa tejedora, una de las más grandes de Bosnia. Trabajó en la tradición de las alfombras bosnias, que tienen profundas raíces en Anatolia, y estableció la escuela para tejedoras de alfombras al final de su vida. El joven heredó el talento artístico de su madre; sus habilidades como dibujante se hicieron evidentes desde una edad temprana: desde su adolescencia produjo notables dibujos y pintura sobre papel.

En 1959, Mersad Berber comenzó su educación artística formal en la Academia de Bellas Artes de Ljubljana, Eslovenia, dónde se graduó. Según sus propias palabras, debía una gratitud permanente a varios de sus profesores: Bozidar Jakac, un clásico del arte gráfico esloveno, su maestro de grabado con quien aprendió aguafuerte en privado junto con sus estudios en la Academia, Zoran Krizisnik, un brillante comisario y fundador de la famosa Bienal Internacional de Ljubljana, que lo incluyó en la selección yugoslava cuando era un estudiante de segundo año.
En 1978 recibió un puesto de profesor en la Academia de Bellas Artes de Sarajevo. Esta cómoda existencia y carrera profesional se vio abruptamente desgarrada por las guerras que estallaron en Yugoslavia en la década de 1990, poco más de una década después de la muerte del mariscal Tito.
Durante la guerra en Bosnia y Herzegovina 1992-1995, la casa y el estudio de Berber fueron destruidos, la familia escapó en un avión de transporte de la ONU. Para reconstruir su vida, creó un nuevo estudio en Zagreb y otro en Dubrovnik. Sin embargo, los recuerdos de la guerra continuaron acechándolo, y se materializaron en su obra.

Mersad Berber es uno de los mayores y más importantes representantes del arte de Bosnia-Herzegovina y perteneció a un período excepcionalmente dinámico de la historia cultural contemporánea. Dirigió una joven generación de artistas gráficos que abren la escena local a nivel internacional. Fue también uno de los artistas bosnios cuyo talento y maestría le permitió exhibir con frecuencia en prestigiosos museos y galerías.
Inspiradas en los grandes maestros europeos, desde el Renacimiento hasta el Art Nouveau, las obras de Berber se basan principalmente en la combinación de técnicas con una sensibilidad posmoderna. Su trabajo encarna la cultura del recuerdo con temas característicos y novedosas composiciones .
Desde la gama de colores dorados y el esplendor de las primeras obras bereberes, su interpretación de artistas como Piero della Francesca, Guercino, Velázquez, Gericault, David, Ingres, Ivan Kramskoi, Klimt, así como los pintores yugoslavos Bukovac y Jurkić, ejemplifican los blancos profundos y opacos de sus viajes a través de los paisajes de cuentos de hadas de Bosnia, a las oscuras y macabras madrigueras de Srebrenica.

Berber fue el cronista de Bosnia mientras pintaba infatigablemente los fragmentos de su país, reflejando la historia cultural de múltiples capas, así como las complejidades de su experiencia histórica. En muchas de sus obras la metáfora central es la figura del caballo, un animal simbólico clave que tiene representaciones y significados diferentes en diversas culturas. En las propias palabras de Berber, esta figura no es la de un caballo impresionante, es un caballo de carga de las montañas de Bosnia, que tiene vínculos profundos con todos los aspectos de la vida, lo que significa trabajo forzado y matrimonios, guerras y funerales. La capacidad expresiva de este caballo, su sufrimiento y su belleza imperfecta representan la vida de los bosnios.

A lo largo de su carrera creó ciclos de pinturas que relatan eventos, homenajes y dedicatorias. Cada ciclo tiene sus raíces en la historia bosnio-herzegovina desde la época medieval hasta el siglo XX. Sus obras mezclan motivos antiguos con ese mensaje moderno, cautivador en su misterio e intensidad icónicos. Sus superficies son tan complejas como sus temas, combinando técnicas de diversos tiempos y lugares.

Hacia el final de su vida, Mersad Berber realizó una impresionante serie dedicada a la brutal matanza de Srebrenica, el genocidio y el peor crimen de las guerras de los Balcanes, en el que más de 8000 musulmanes bosnios, en su mayoría niños y hombres, fueron asesinados por unidades del Ejército de la República Srpska, bajo el mando del general Ratko Mladic. El artista consideró la tragedia en Srebrenica como el 'tema grande, antiguo y sagrado de los himnos' y trabajó durante años para representarlo en sus obras, recopilando informes forenses, fotografías de periódicos, grabaciones de video, documentos y libros, y visitando Potocari y Srebrenica incontables veces. Estas series se convirtieron en elegías no solo para aquellos que habían muerto, sino también para la muerte del multiculturalismo, que había sobrevivido en los Balcanes durante siglos a pesar de todas las diferencias étnicas y religiosas.

Berber no solo se ocupó de la pintura, el arte gráfico, el tapiz, la ilustración y la preparación de ediciones bibliográficas, mapas gráficos y poéticos: su escenografía y diseño de vestuario cobraron vida en teatros en Ljubljana , Zagreb , Sarajevo y Washington. En 1985 Berber terminó Tempo Secondo, su propia caricatura animada y es uno de los artistas gráficos más conocidos del mundo. Fue incluido en la colección Tate Gallery en 1984

Desde 1992 hasta su muerte en octubre de 2012 Berber residió y trabajó en Zagreb y Dubrovnik .