viernes, 29 de marzo de 2019

MANNEKEN PIS



 El Manneken-Pis deja de despilfarrar agua



Daniel Boffey 











 La estatua del Manneken Pis en Bruselas. 











Durante cuatro siglos, el célebre Manneken Pis, el "niño orinando", ha encarnado la cultura laissez-faire de los belgas.
Pero, para sorpresa de los funcionarios de la ciudad de Bruselas, se supo que la estatua de bronce había estado cargando agua limpia y fresca, de 1.000 a 2.500 litros por día, suficiente para el uso de 10 hogares, directamente en las alcantarillas de la ciudad. El descubrimiento fue realizado por Régis Callens, un técnico de energía, después de que se instaló un medidor en la estatua de 61 cm (24 pulgadas).







"Pensamos que era un circuito cerrado y que no estaba consumiendo nada", dijo Callens a La Dernière Heure. "Dado que el contador para Manneken Pis es solo uno de 350 o 400, nadie prestó mucha atención". Esta semana, se construyó un canal para recoger el agua que está descargando el Manneken Pis para redirigirla de nuevo a la estatua. En una fecha posterior, se instalará un circuito permanente de acuerdo con la ubicación de la fuente en una calle adoquinada cerca de la Grand Place, en el centro medieval de la capital belga. El Manneken Pis es obra del reconocido escultor barroco Jérôme Duquesnoy.



El primer concejal de la ciudad de Bruselas, Benoît Hellings, dijo: "Podemos estar orgullosos de decir que, por primera vez en 400 años, Manneken Pis no está orinando agua potable fresca. El municipio ahora tiene la intención de inspeccionar todas las fuentes ubicadas en el centro para evitar desperdicios similares ". Añadió:" También mejoraremos el monitoreo de las instalaciones en escuelas y centros deportivos. Deberíamos dar ejemplo y alentar a todos en Bruselas a prestar atención a su consumo de agua ".


El Manneken Pis, que atrae a miles de turistas, es una copia del original de 1619, que se encuentra en el cercano museo de la ciudad. Se disputa la procedencia de la estatua querubín. Una escuela de pensamiento es que se refiere a la leyenda de que las tropas leales al duque Godfrey III de Lovaina pusieron al noble de dos años de edad en una canasta en un árbol, desde donde orinó sobre los soldados enemigos.
Una historia del siglo XIV sugiere que era un homenaje a un niño local llamado Julianske que había salvado la ciudad orinando en una mecha encendida por enemigos que intentaban volar sus muros defensivos.


La diminuta estatua se viste 130 veces al año y tiene más de 1.000 disfraces. Una guía estadounidense recientemente provocó algunos problemas en Bruselas cuando nombró al Manneken Pis como una de las 45 atracciones turísticas más sobrevaloradas del mundo.









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Creado en 1388, el Manneken Pis es uno de los símbolos más representativos y queridos de Bruselas. El Manneken Pis es una estatuilla de unos 50 centímetros que representa a un niño desnudo orinando en la pila de una fuente. Se encuentra ubicada en la parte antigua de la capital belga, entre las calles L’Etuve y Chene, junto la Grand Place.

Dada la importancia de la estatua, fueron muchas las ocasiones en las que diferentes ejércitos intentaron robarla, hasta que un ex convicto logró hacerse con ella. Los habitantes de Bruselas quedaron consternados hasta que, en el año 1619, se colocó una copia en el mismo lugar y se ha mantenido allí hasta nuestros días.


La ropa de Manneken Pis

En el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis, una túnica que fue la primera de los 650 trajes que han ido regalándole los presidentes de gobierno que han visitado Bruselas. En el Museé de la Ville, situado en la Maison du Roi, se pueden ver los trajes que forman el vestuario del pequeño héroe, cientos de trajes regionales con un pequeño tamaño, o algunos aún más curiosos como un traje de torero o de Elvis.
En determinadas ocasiones a lo largo del año el Ayuntamiento disfraza a la estatua original.

El símbolo de Bruselas

Junto con el chocolate, la cerveza, el Atomium o la Grand Place, el pequeño Manneken Pis ocupa uno de los principales puestos representativos de Bruselas. Es una de las visitas más importantes de la ciudad y una foto que no puede faltar entre los recuerdos de los visitantes.















jueves, 28 de marzo de 2019

LEAVING NEVERLAND




 Michael Jackson: ¿se puede matar al ídolo y salvar su arte?

 Eva Carnero 








Una audiencia de cientos de millones de espectadores convirtió recientemente el documental Leaving Neverland en el tercero más visto de la cadena HBO. Y no es para menos. Durante cuatro horas, Wade Robson y Jimmy Safechuck describen en la cinta el proceso de estrés postraumático que sufrieron hasta que decidieron hacer públicos los supuestos episodios de abuso sexual que sufrieron, de niños, por parte de Michael Jackson, el fallecido rey del pop. Cegados por la fama y el talento de su ídolo, ignoraban lo que estaba ocurriendo; sus familias tampoco vieron, o no quisieron ver, las señales de lo que estaba sucediendo. Todo ha cambiado ahora, ¿la manera de pensar de sus admiradores también cambiará?





Los seguidores del cantante pueden ver las caras y escuchar el testimonio directo de los adultos que aseguran haber sido víctimas del artista, cuando eran apenas unos adolescentes. Si su reacción se parece a la que desencadenó la emisión de la cinta en Estados Unidos, los espectadores se dividirán en los que defienden la inocencia del artista y por tanto, cuestionan la veracidad de las palabras de sus supuestas víctimas, y aquellos que creen que este documental es la puntilla que derrumba uno de los más grandes mitos de la música de todos los tiempos. Hasta Los Simpson han retirado el episodio en el que participó Michael Jackson. ¿Y qué pasará con el arte del cantante, considerado uno de los genios de la música del siglo XX?

La razón secuestrada, o por qué no creer los testimonios

Sentir que se fija en ti uno de los mitos más grandes de la historia de la música, como es el padre de Thriller, que te hace regalos y te pide que permanezcas a su lado, no debe de ser una experiencia fácil de encajar. Si, además, tienes menos de diez años, la cosa se complica, y mucho. Los testimonios del documental evidencian cómo una relación sana entre un artista (o cualquier otro tipo de referente), puede ir deteriorándose hasta llegar a la fanatización. En ese momento, "el ídolo deja de ser lo que es para convertirse en lo que uno cree que es. Cuando el proceso culmina, todo se justifica, porque por un lado, lo que haga el ídolo siempre estará bien, y, por el otro, se disocia totalmente lo que hace como persona de lo que representa como personaje", sostiene psicóloga clínica y directora del Grupo Clavesalud Laura García Agustín. La unión con él llega a ser total.

La experta señala un límite a tal ceguera, el de que la conducta reprobable del personaje conecte directamente con una experiencia personal de su fiel seguidor, o que sea tan abominable que entre en confrontación con su sistema de valores. "Solo en estos casos, no podrá seguir justificándola, ni mucho menos, ignorándola", remarca. Esta incapacidad para reaccionar tal y como lo haríamos si las circunstancias fueran otras, es vista por el doctor en Sociología Jordi Busquet como una especie de "enamoramiento", que impide que el fan identifique en su ídolo determinados aspectos morales que él mismo reprobaría si no estuviera cautivado por su faceta profesional. Y el enamoramiento es un proceso muy complejo.
En el caso concreto de Jackson, "su capacidad para empoderarse sobre el escenario a pesar de su aparente fragilidad en el terreno personal (ha sido publicado en numerosas ocasiones el maltrato que había sufrido por parte de su padre en la infancia), es un factor que atrae mucho, pues activa procesos de identificación personal como modelo a seguir", argumenta la psicóloga clínica. Y añade: "Un fan puede reconocer que su ídolo es poco amable e incluso desagradable en su modo de proceder, incluso con sus propios admiradores, pero esta conducta se minimiza o directamente se ignora porque no está relacionada con el acto que se admira".
En esta misma línea, el profesor Víctor Renobell, doctor en Sociología considera que cuando se inicia un proceso de idolatrización el fan construye una visión de túnel y olvida que detrás del personaje hay un ser humano. "Los que idolatran solamente van a ver las cosas buenas y van a justificar de mil maneras las irregularidades que se conozcan sobre su ídolo", asegura. O sea, que lo más probable es que la música del Jackson no muera con por mucho que al cantante se le de la puntilla social. Y el hecho de que está muerto tiene mucho que ver con ello.

Cómo morir confiere la inmunidad

Una vez bajo tierra, todos rozamos la santidad, y el caso de los famosos no es una excepción. "Un ídolo muerto se convierte en leyenda", sentencia García Agustín. Tras el fallecimiento, los procesos de idealización son aún más profundos porque el ídolo no puede reaccionar, ya no se puede comprobar la verdad ante las acusaciones que se puedan verter sobre su persona, explica.
Eso explica que es fácil que, una década después de enterrar al rey del pop, cada uno de sus fans pensará exactamente lo que desee para poder seguir admirándolo. Se trata de un proceso de disonancia cognitiva (el desequilibrio entre lo que vives, sientes y piensas) que, según la psicóloga, hay que resolver. La disyuntiva interior los obligará a elegir entre dejar de admirarle o justificar su conducta y continuar siendo uno de sus seguidores. "De este modo, resolvemos la disonancia y dejamos de sentirnos mal con nosotros mismos", concluye.

Si finalmente sentimos el impulso del rechazo, este se resolverá en diferentes grados, que dependerán del tipo de conducta reprobable que se atribuya al ídolo, y también de cuánto conecte con el sistema de valores del seguidor. Es decir, de cuánto nos conmueva el tema en cuestión. Y el del nuevo documental no podría hacerlo más. "Los abusos sexuales suele ser un tema muy sensible, que conecta con la empatía de la mayoría de las personas, pero también depende del nivel de credibilidad que se le dé a los testimonios de las víctimas, es decir, de cuánto se las crea y de la capacidad que se le otorgue al ídolo para poder haber hecho lo que se le achaca", subraya la psicóloga. Es en ese momento cuando se escuchan frases del tipo: "Él no sería capaz de hacer una cosa así".  En el extremo opuesto, el silencio de la música del ídolo caído es una posibilidad. 

El último gran ídolo

Desde la perspectiva de los jóvenes actuales es posible que el fenómeno desatado por Jackson no sea del todo comprensible, y es que en cada etapa de la historia aparecen unos personajes que responden a unos ideales propios de esa época. Según el sociólogo Jordi Busquet, cada época construye sus propios mitos: "En las sociedades antiguas, los ídolos eran guerreros, hombres valientes cuya vida estaba plagada de actos heroicos (y eso que todos podemos ser héroes cotidianos). Hoy, estos personajes encuentran su equivalencia especialmente en los deportistas, actores y artistas en general, personajes que reflejan los valores propios del periodo en que viven".

Si nos centramos en la década de los ochenta, años en los que surge el personaje de Michael Jackson, el profesor Víctor Renobell cree que aquella era una sociedad menos líquida que la que tenemos hoy en día. "En aquel entonces, las normas, leyes y dogmas estaban muy marcados y tenían cierto carácter estático. El comunismo era el enemigo de muchos países. El capitalismo era una forma de vida idolatrada. Y la libertad era viajar en un coche por una carretera infinita", describe el profesor.

Ese contexto fue el caldo de cultivo para que emergiera este referente, "un ídolo nacido de la nada, capaz de hacer algo diferente y de contar con las alabanzas de todos". El paso del tiempo quiso que Michael se convirtiera en una persona que "se sentía por encima del bien y del mal y que organizaba su vida con una cohorte de individuos que le aplaudían todas y cada una de las acciones que realizaba. Pronto empezó a vivir en un mundo nuevo, construido a base de riqueza y excentricidades. En cierta medida, se alienó de la sociedad y emprendió  una vida marcada por el aplauso y el reconocimiento de todos", asegura.

Hoy en día el panorama es muy distinto y, por tanto, las creencias y las personas que las sostienen, también. En nuestro entorno, los ídolos musicales de hace 3 años ya son "viejos". "El éxito como ídolo de masas de Jackson hoy no hubiera sido posible", concluye Renobell.








Leaving Neverland. Michael Jackson. DOCUMENTAL 2019 completo partes 1 y 2 subtitulado español









Texto: El País. España. Buenavida. Psicología





















miércoles, 27 de marzo de 2019

VAN GOGH CASI DESCONOCIDO




La Gran Bretaña que Van Gogh vio y amó

Charlotte Higgins







 Siendo holandés, viviendo en Londres, pintando Francia ... Noche estrellada sobre el Ródano, 1888. 











Pintó prisioneros, devoró a Dickens y adoró las Noticias de Londres ... antes de un espectáculo importante, nuestro escritor revela cómo Gran Bretaña cambió a Van Gogh, y cómo transformó su arte.

Vincent van Gogh fue el artista más europeo. Su breve e intensa vida, antes de suicidarse a los 37 años, lo vio moverse entre su Holanda natal, Bélgica, Inglaterra y Francia. Pasó dos años en Londres desde 1873 hasta 1875, empleado por un comerciante de arte; en 1876, por períodos más cortos, trabajó como profesor en Ramsgate e Isleworth. Más tarde, cuando vivía en París, Van Gogh le escribió a su hermano Theo sobre una pintura que mostraba Londres desde Victoria Embankment, por Giuseppe De Nittis. "Cuando vi esta pintura", escribió, "Sentí lo mucho que amo a Londres". La ciudad proporcionó una profunda inmersión en la desconcertante y embriagadora vida de una metrópolis totalmente industrializada. Este era el Londres de Dickens, con su miseria, sus masas abundantes, su glamour, su riqueza, su crueldad y, lo que es más importante para su formación, sus galerías de arte.
Después de su muerte, el amor fluyó, al principio, en la dirección opuesta. Cuando su trabajo se mostró en la famosa exposición postimpresionista de Roger Fry en 1910, cambió el curso del arte británico. 

En 1947, Londres, bombardeada y austerada, recibió una explosión de los dorados y escarlatas y verdes y azules azules de la Provenza, y las pinturas de Van Gogh, para entonces santificadas en popularidad, asombraron al público una vez más.  "Este mes, Van Gogh regresará al edificio, con una nueva exposición importante examina su relación con Gran Bretaña: qué extrajo de ella y qué le legó."


 Punto de partida ... la pintura que despertó el amor de Van Gogh por Londres: The Victoria Embankment, 
Londres, 1875, de Giuseppe de Nittis. 



Van Gogh ya no es simplemente un artista popular, es una marca mundial. En 2017, 2,26 millones de visitantes pasaron por las puertas del Museo Van Gogh en Ámsterdam, un número asombroso para una institución dedicada al trabajo de un solo artista. En la tienda, girasoles, lirios y flores de cerezo adornan todo tipo de artículos, desde gafas hasta maletas. Su pueblo natal de Nuenen, en las afueras de Eindhoven, donde pasó meses importantes entrenándose para ser pintor, y donde su padre murió repentinamente y su novia bebió veneno: ahora es un lugar de peregrinación, con un centro de visitantes y una gran cantidad de turistas en verano. El Museo Noordbrabants, en la cercana 's-Hertogenbosch,  tiene una colección pequeña pero importante de obras tempranas del artista, incluso almacena en su tienda un caucho con la forma de una oreja cortada...





















Debido a todo esto, es difícil separar el fenómeno global de Van Gogh de Van Gogh, el verdadero joven, tentativo, apasionado, de principios, religioso, curioso, difícil. Su maldición y su bendición fueron su capacidad literaria, y sus extraordinarias letras, que dieron forma a su biografía y lo convirtieron en un objeto de fascinación por los cultos (y tema de obras como Vincent en Brixton , y de películas como Lust for Life y Loving Vincent. Las cartas, conservadas y promovidas por su cuñada Jo van Gogh-Bonger, después de la muerte de la sífilis de Theo, también contienen el material para rescatarlo de los reclamos más salvajes de los muchos observadores que han luchado para separar su trabajo de su mente. estado.

En la exposición de 1910, el crítico del Observer, PG Konody , escribió que al menos algunas de sus pinturas eran "simplemente los estragos de un maníaco". Pero las cartas muestran que cualquiera que fuera su enfermedad mental, no se trataba de un loco enfurecido con un lienzo, o de un lunático que expresaba visiones alucinógenas distorsionadas en pintura. Quizás nuestra edad, con su sensibilidad cada vez mayor a los matices de la mala salud mental, sea la que finalmente elimine el estigma.



 La antigua casa de Vincent van Gogh en el sur de Londres.















Van Gogh vivió en Londres antes de su decisión trascendental en 1879 para convertirse en artista. (Siempre es extraordinario recordar que su carrera activa duró apenas una década). Trabajó en Covent Garden en Goupil's, como comerciante de arte especializado en reproducciones, y se hospedó en Hackford Road en Lambeth, al sur del río. Camina por las calles de la ciudad, y suele visitar la Galería Nacional. Una de las pinturas favoritas en Trafalgar Square fue The Avenue at Middelharnis de Hobbema , que mostraba un paisaje holandés liso y distintivo, con árboles que bordean un carril que disminuye en la distancia. Es el padre de muchos puntos de vista similares de Van Gogh. Según Carol Jacobi, curadora del espectáculo de Tate Britain, también fue su lectura del Progreso del Peregrino de John Bunyan, eso hizo que la “pequeña figura en una larga avenida otoñal” se convirtiera en una “visualización de la vida como un viaje”.




 Van Gogh vio The Avenue at Middelharnis, 1689, de Meindert Hobbema mientras visitaba la Galería Nacional.
Fotografía: NationaGallery,Londres.


Describió su propia Avenida de los álamos en otoño, que hizo en 1884 en Nuenen, como una escena en la que “el sol hace parches brillantes aquí y allá sobre las hojas caídas en el suelo, que se intercalan con las largas sombras proyectadas por los troncos". Nueve años antes, cuando vivía en Gran Bretaña, había escrito Oda al otoño de John Keats , en inglés, en una carta a amigos holandeses.
Van Gogh estaba profundamente inmerso en la literatura inglesa (y francesa). Leyó fácil y rápidamente en los idiomas originales. Dickens era un consuelo. Cuando Van Gogh fue a un asilo en Provenza, al final de su vida, compró copias de la obra del novelista en traducción francesa. Sus famosos cuadros de sillas vacías —su propio, sencillo y apresurado esbozo y Gauguin, un mueble más elegante de madera pulida— hicieron eco del conmovedor dibujo de Luke Fildes sobre la silla vacía del novelista hecha poco después de su muerte. Amaba las imágenes socialmente conscientes de Fildes sobre los pobres urbanos, y Gustave Doré serie impresa de escenas londinenses. Más tarde, copió la huella de Doré de prisioneros que hacían ejercicio en Newgate, haciendo una pintura solemne y claustrofóbica. Compró la impresión de Fildes Homeless and Hungry, que había aparecido en el semanario The Graphic en 1869.

"Solía ​​acudir todos los días a la vitrina de la impresora de Graphic y London News ... las impresiones que obtuve allí fueron tan fuertes que los dibujos permanecieron claros y brillantes en mi mente", recordó más tarde. Con el tiempo, recogió alrededor de 2.000 impresiones de este tipo. Cuando comenzó a dibujar en serio, jugó con la idea de que podía ganarse la vida vendiendo obras de esas publicaciones. "Estaba desarrollando su línea singular y contundente a partir de las líneas utilizadas en estos grabados", dice Jacobi.




 Marie Ginoux con copias de las Historias de Navidad de Dickens y Cabina del tío Tom de Beecher Stowe en una de las pinturas de L'Arlésienne de Van Gogh. Fotografía: João Musa / Museo de Arte de São Paulo









Van Gogh vivió en Londres solo tres años después de la muerte de Dickens. Libros como Hard Times alimentaron su empatía por los oprimidos. Uno de sus últimos retratos de su amiga Marie Ginoux , realizados en 1890 (y con los cuales comienza la exposición de Tate Britain) la muestra con copias de Dickens's Christmas Stories y Harriet Beecher Stowe Cabin, la cabina de Tío en la mesa frente a ella. También adoraba a George Eliot. "¿Has leído algo bueno últimamente?", le escribió a Theo en 1878. "Asegúrate de conseguir las obras de George Eliot de alguna manera, no te arrepentirás si lo haces, Adam Bede, Silas Marner, Felix Holt, Romola (La vida de Savonarola), Escenas de la vida clerical ".

Más tarde leyó a Félix Holt en holandés. “Es un libro escrito con un gran verso, y varias escenas se describen como Frank Holl o alguien similar podría haberlas dibujado. La forma de pensar y la perspectiva son similares. No hay tantos escritores tan sinceros y tan buenos como Eliot ”. Cuando Van Gogh comenzó a dibujar en Nuenen, a menudo hacía de sus tejedores a sus súbditos. A pesar de que la fabricación de textiles industrializada se estaba apoderando de ciudades cercanas como Tilburg, todavía había tejedores de casas de campo en el pueblo, que se ganaban la vida de su trabajo lento y laborioso utilizando una tecnología que no había cambiado durante siglos (en el centro de visitantes de Nuenen, hay un hermoso telar del siglo XVIII, como los de los dibujos de Van Gogh).

Fue inspirado por Stephen Blackpool, el tejedor en tiempos difíciles; y quizás incluso más por el tejedor de Eliot, Silas Marner. Un dibujo, de 1884, muestra a un tejedor con un bebé sentado en una silla alta, como si uno se imaginara a Silas y al pequeño Eppie, el niño que adopta en el libro. Van Gogh se veía a sí mismo como un tipo de tejedor, como "alguien que debe controlar y entrelazar muchos hilos ... tan absorto en su trabajo que no piensa sino que actúa y siente cómo puede y debe funcionar".

Los hilos de la influencia de Van Gogh se adentran en el arte británico. Jim Ede , cuya casa se convirtió en la galería Kettle's Yard en Cambridge, y que trabajó en la Tate antes de que sus políticas conservadoras lo desgastaran, persuadió a Bonger para que se separara del gran lienzo de los Girasoles que ahora se muestra en la National Gallery. (Volverá a Tate Britain para la exposición). Esas flores lanzaron una nueva ola de bodegones de vanguardia en estas costas, de artistas de Frank Brangwyn a Samuel John Peploe, de Matthew Smith a Winifred Nicholson. Curiosamente, sin embargo, fue la pintura Los comedores de patata - una escena sombría, de color marrón oscuro, de la vida del pueblo que fue su primera obra maestra de los años Nuenen - que atrajo especialmente al público.
En un país medio aplastado por la guerra, el Van Gogh que necesitaban era el pintor del hambre y el trabajo y la gente de escasos recursos. Será interesante ver qué van a necesitar Van Gogh en el Londres posterior al Brexit.




Van Gogh y Gran Bretaña abren en Tate Britain, Londres, hoy 27 de marzo.























martes, 26 de marzo de 2019

MUNCH II




Edvard Munch







 El grito, 1893





La creación más famosa de Edvard Munch es un grito (o alguien asustado....): la pequeña y divertida figura con su blanda cabeza calva, con las manos cara a cara como si se hubiera visto afectada por algún chisme particularmente escandaloso, y todo contra ese glorioso cielo rojo fuego. ¿Puede Munch ser completamente serio? El grito es apreciado en todo el mundo y solo un poco menos famoso que la propia Mona Lisa. Sin embargo, la angustia comprimida en ese rostro en forma de bombilla es muy cómica, destinada a las películas de terror  y la máscara de Halloween.

La gente siente afecto por esta pobre pequeña criatura, tan sola, cuyo aullido tiene un eco empático en la naturaleza, pero es ignorado por los callosos transeúntes en el puente. Estamos destinados a identificarnos con esta alma solitaria. El hecho de que él, o ella, o ellos, sea tan atractivo se dirija a la imaginación radical de Munch. Con The Scream , inventó uno de los mejores arquetipos en la historia del arte.


Su propia vida estaba llena de angustia. Nacido en Noruega en 1863, Munch huérfano de madre a los cinco años y fue tiranizado por un fanático del fuego del infierno, por un padre que lo obligó a salir de la cama a la medianoche para ver la muerte de su joven hermana . Asmático, bronquítico, alcohólico, sufrió dos crisis nerviosas y muchas relaciones rotas. Una ex amante amenazó con suicidarse. Nómada en su juventud, nunca se casó y finalmente se estableció en la aldea de Ekely, en las afueras de Oslo, donde murió a la edad de 80 años en 1944, siempre temeroso de que sus pinturas pudieran ser incautadas durante la ocupación nazi de Noruega.


  Pubertad, 1894

Su genio radica en parte en acuñar iconos tan extraordinarios de miseria y amenaza. La femme-fatale, con su largo cabello ondeando a su alrededor en zarcillos psicodélicos. La chica desnuda en la cama en la pubertad, tratando de proteger su modestia contra miradas indiscretas mientras su sombra se alza en la pared como un monstruo detrás de ella. Esas escenas fantásticas en las que los amantes parecen estar chupándose la sangre, atrapados en un abrazo fatal o besándose hasta morir.


 Autorretrato con la gripe española, 1919. 


Autorretrato en el infierno, 1903.


Y este es su único y brillante modus operandi: la exageración al servicio de la verdad. Todos sabemos lo que significa decir que nuestras vidas son un infierno, pero Munch realmente se pinta de esa manera: hasta sus entrañas en llamas infernales. ¿En una relación asfixiante? Mire su pintura de un hombre literalmente jadeando por respirar en el abrazo de una mujer. Arruinaste mi vida: ese es el subtexto de un autorretrato fantásticamente teatral en el que el artista se encuentra en un charco de su propia sangre, después de que su amante lo mató de un tiro.
Munch es el miserabilista por excelencia, y generoso hasta cierto punto. Él hace el sufrimiento en nuestro nombre. Totalmente desvergonzado cuando se trata de hipocondrias, celos o rencor, nunca es demasiado orgulloso para mostrarse devorado por la autocompasión o la lujuria. Sus pasiones son abiertas y también lo es su arte, con sus formas amebianas arremolinadas y su melodrama de alto color. Él pinta el sufrimiento universal cada vez: ¿y quién podría dejar de reconocer las emociones en su arte?


 Mujer joven en la playa, 1896.

Es igualmente poderoso en el dibujo, la pintura, el grabado y el grabado en madera, como se verá en la próxima muestra de sus grabados en el Museo Británico. Muchas de sus figuras simbólicas, el gritador, por ejemplo, se repiten en todos los medios. Y no tiene miedo de aparecer ridículo o hiperbólico en las muchas docenas de autorretratos, donde Munch se muestra a sí mismo como el amante despreciado, el bebedor solitario, la víctima de la gripe española o el cadáver asesinado. 



El vampiro (amor y dolor), 1894. 


En la última parte, y posiblemente el más grande, de sus autorretratos, Munch se presenta a sí mismo como un depresivo anciano y enfermo entre el reloj de un abuelo y el ataúd de su estrecha cama. Él sigue siendo heroicamente recto, pero escucha el tiempo a medida que avanza hacia la muerte.



Autorretrato: entre el reloj y la cama (1940–43)

Su desesperación es magníficamente visual, mostrándose en cientos de obras de una fuerza gráfica inolvidable. Y no importa cuán autobiográficos parezcan ser, la Weltanschauung de Munch abarca a toda la humanidad. Esto es lo que sugieren sus títulos: El grito , la desolación , la angustia , la confusión interna : ¿quién no se ha sentido de esta manera, en un momento u otro? La historia de la vida de Munch se convierte en la nuestra, en esta catarsis pictórica. Los malos tiempos son siempre buenos en su arte.



























lunes, 25 de marzo de 2019

POEMA


Lugares

Alina Kummerfeldt



















Por eso poesía y no novela
tal vez sea,
porque no habito tiempos.

El tiempo es la trillada mentira,
una difamación de la música,
con la cual nos desplazamos,
un traslado forzoso
para retroceder o avanzar,
como si crecer plantas por dentro,
fuera algo que se mide gradual.

Una falacia que involucra
al desconsolado desalojo del ahora,
un parricidio a lo que ya ha pasado,
la lejanía impenetrable, a lo que viene.

Todo orden ha sido creado
para desordenarlo,
lo que se blasfema como tiempo
es el intervalo
entre la respiración y la pausa,
el desliz de dos vidas, su tensión,
el cuerpo que no conoce segundos
y danza etéreo en parpadeos,
la pareja que espera acurrucada,
acompañada, que pasa la noche fría,
a una cuadra de mi casa, porque
le hace falta un techo,
la espera impotente por volver a ver
a los que se fueron, para no volver.

El tiempo,
sólo puede ser nombrado
por la muerte.