Alicia tira los dados para abolir el azar
El tiempo avanza porque existen las certezas,
y sin embargo
sólo es capaz de expresar su gratitud
consumiéndolas,
en cierto modo, hay juguetes radiando decisiones,
peonzas que se detienen
en una casilla y no otra del juego de la oca,
yoyós que responden
con determinado número de elevaciones
y no otro,
igual que los ladridos
de los perros matemáticos del circo.
Pero de todos es sabido que a las niñas
nos gustan las miniaturas,
y nunca podremos resistirnos a una muñeca rusa
hecha de dados
cada vez más pequeños,
uno dentro de otro hasta el abismo.
Alicia volátil, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2010
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