POEMA

Pasar página es cerrar el libro.

 Loreto Sesma

Se ha roto el reloj del salón y no queda ni rastro de las notas que me dejabas en la mesilla por las mañanas que decían, "pequeña he ido a comprar el desayuno"

Las paredes de esta casa echan de menos nuestras peleas de los viernes por el mando de la televisión, cuando no nos apetecía salir. A penas encuentro películas con las que gritar. Nuestra vida no tenía nada que envidiar a su falso guión. Hace unos meses cuando me preguntaban si existían los imposibles, yo les contestaba que no porque para mí era realidad lo que otros llamarían utopía. Y así fue como descubrimos que los mejores sueños se tienen despiertos, pero como no, la vida ha venido a pedir cuentas y nuestro sistema besonomico para nada deficitario se ha desplomado sin que nadie nos ofrezca el rescate.

Hace unos meses cuando me preguntaban cómo te conocí, yo les contestaba que no te conocía, no del todo. Y que además eso era lo que más me gustaba porque cada día tenía que descubrir una nueva manía de las tuyas. Como que te gusta desayunar con leche fría, o que los telediarios te ponían nervioso, que los lunes veías esa serie americana de asesinatos o que a pesar de que haga calor tenías que taparte con las sábanas . Pero ahora, he aprendido que hay errores que tienen nombre y apellido, a veces valoramos más lo que no hacemos.

Nos mintieron cuando nos dijeron que soñar era gratis porque al final la realidad viene a cobrarte un par de hostias. 

He aprendido que levantarse tras la caída no es un deber sino una necesidad, y que no son los labios quienes echan de menos los besos, sino los besos quienes extrañan tus labios. Porque ahora soy yo quien ha escrito una nota y la ha dejado en la puerta de casa y pone, "cielo, salí a ver cómo era la vida sin ti y desde entonces no he vivido, vuelve. Pd: por ahí lo llaman amor pero yo le he puesto otro nombre, el tuyo, y espero que no te importe".

Y todavía no has vuelto.