miércoles, 11 de julio de 2018

ESE TRAJE CHANEL



El legado oculto de Jackie Kennedy








"No, que vean lo que han hecho". Esa fue la frase que usó Jackie Kennedy para justificar por qué no quería cambiarse el vestido rosa de Chanel manchado de sangre después del asesinato de su esposo, John F. Kennedy. Su imagen bajando del Air Force One en Washington DC, con el mismo atuendo que llevaba en Dallas (Texas) cuando dispararon al presidente, está marcada en la memoria de los estadounidenses.

Tan importante ese vestido fue que hoy se mantiene intacto, resguardado en un contenedor especial dentro de una habitación sin ventanas en el complejo de la Administración Nacional de Archivos y Registros en Maryland. Pero fuera del alcance del público. Está prohibida su exhibición al menos hasta el año 2103 por petición de su hija y única heredera, Caroline.
Muchos objetos relacionados con ese día parecen manejados con sigilo. Incluso un papel recién descubierto en el que Jackie detallaba a su asistente personal qué meter en la maleta para el trágico viaje se ha convertido en el último ejemplo de la batalla entre la privacidad de la familia y el interés público que despiertan.



Nota manuscrita

El papel apareció en 2015, cuando Shirley Ann Conover, de 79 años, que trabajaba en la oficina de veteranos del Gobierno, se lo dio a su ahijado, Gil Well. "Nov. 22. 8:45 Desayuno, 10:45 Salir al aeropuerto, 11:35 Llegada a Dallas, Desfile, Almuerzo", dice la nota escrita por Jackie en un papel oficial de la Casa Blanca, según publica The New York Times. Luego aparece un añadido indicando lo que se pondrá: "Traje de Chanel rosa y azul marino, zapatos azul marino, bolso azul marino, guantes de cuero blancos".
Las indicaciones, que también incluyen eventos que luego nunca ocurrieron, eran para su asistente, Providencia Paredes. Se cree que quizá ella y Conover eran amigas, aunque no se sabe cómo llegaron a intercambiar el documento.

En 2016, Well entregó en nombre de su madrina la nota al Gobierno, con la idea de que acabaría en algún museo. Y así fue: desde entonces permanece guardada en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy de Boston, un instituto bajo tutela de la Administración Nacional de Archivos y Registros. Pero tampoco ha sido exhibida.
Aunque no está expresamente incluido en la herencia de Caroline, el centro se ha reservado para sí el papel, sin dejar siquiera que sea visto por historiadores o científicos, quizás por respeto a la familia o a la espera de que se aclare cómo acabó en manos ajenas.
Well, que llevó su historia a los medios probablemente con la esperanza de que alguien supiera que este papel existía, nunca pudo verlo de nuevo. Falleció en mayo. El museo aseguraba esperar la aprobación de Caroline para mostrar su descubrimiento. Ahora, al igual que el vestido de Chanel, la nota está destinada a ser custodiada, a la espera de 100 o más años para ver la luz.












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