Fin de un viaje
Violeta Barrientos
Imagen: Christine Comyn
Las despedidas se hacen inevitables.
La nostalgia crece
aunque fuera por unas horas,
hasta que el presente ocupa la mente del viajero.
La realidad se divide ahora en dos:
en aquella parte que quedó atrás
y la que continua su camino.
Sin embargo, cada parte tiene una vida simultánea
invisible la una para la otra,
y elegimos sólo una,
en la ilusión de que nada más existe.
Así pasamos los días.
Sin darnos cuenta,
soltamos la cuerda de una mano a otra,
sobre el vacío.
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