Blu*, el Banksy italiano, cancela todos sus espléndidos murales de Bolonia
Uno de los murales de Blu
El arte urbano (street
art) vive en Italia una polémica sin precedentes. Blu, pseudónimo de
un artista italiano que prefiere permanecer en el anonimato, conocido como el
Banksy italiano, y considerado entre los diez artistas callejeros más
destacados del mundo, ha cancelado en las últimas horas todos sus espléndidos y
célebres murales que había pintado durante 20 años en las calles de Bolonia, la
ciudad de la que partió su fama, hoy internacional. Blu protesta así contra una
poderosa institución cultural, Genus Bonoiae, apoyada por una fundación
bancaria, que inaugurará el próximo jueves en el Palacio Pepoli una gran
exposición sobre el arte urbano, incluyendo algunas obras que han sido
arrancadas de las paredes de Bolonia, con la justificación de que debían ser
salvaguardadas de una eventual demolición, en algunos casos sin permiso de los
artistas. “El museo no me tendrá”, ésta es la respuesta de Blu, que enciende de nuevo la batalla entre
los artistas callejeros y el sistema cultural oficial.
En su acción de cancelar
sus graffitis de Bolonia, Blu ha contado con la colaboración de decenas de
jóvenes activistas radicales de centros sociales de Bolonia, que armados con
espátulas y pintura gris han eliminado los murales que había pintado
el artista en los últimos años. Blu, como otros artistas callejeros, en lugar
de preferir los visitantes de museos, ha escogido los habitantes de las
periferias y los barrios populares. Considera que el arte urbano no debe ser
privatizado. Sus murales están en medio mundo. El desafío de Blu, como de otros
artistas callejeros, es el de apoyar luchas de algunos movimientos, como los
ecologistas.
La reacción de Blu tiene
un precedente: También canceló un mural suyo en un barrio de Berlín, en
protesta contra la especulación inmobiliaria. Blu había pensado su graffiti
como una obra que pudiera rescatar artísticamente al barrio Kreuzberg de su
degradación, en cambio se estaba convirtiendo en un adorno de lujo dentro de la
reestructuración residencial del barrio.
Fenómeno de masas
En definitiva, Bolonia
pierde, por deseo de su autor, diversas obras de arte urbano que serían
muy bien acogidas en muchos museos. No todos los artistas callejeros
piensan como Blu, porque de hecho el art street, nacido como un arte subversivo
y de denuncia, se está convirtiendo en un fenómeno de masas, en un negocio,
como ocurrió con otras expresiones culturales: el rap, grunge o la literatura “pulp”.
Prestigiosos museos han organizados exposiciones de arte urbano, mientras
administraciones públicas y empresas aprovechan el arte urbano para recalificar
las periferias.
Todo el mundo se da cuenta
ya de que el arte urbano puede ser un buen negocio, hasta el punto de
relanzar los precios de las viviendas. El Centro para el Estudio de la Moda y
de la Producción cultural de la Universidad Católica de Milán estima que la
recalificación de algunos barrios con obras de arte urbano hacen aumentar el
valor de la vivienda en al menos un 20 por 100. Y en algunos anuncios
inmobiliarios comienza a destacarse esta frase: “Con vista Street Art”.
Ciertamente, depende también de la cotización de los artistas. Según Collier
International Italia, algunas propiedades inmobiliarias en Bristol y en Londres
con alguna obra de Bansky han aumentado su valor en decenas de miles de libras
esterlinas
Inversión en Street Art
Mural de Blu sobre la esclavitud laboral
No todo el Street Art
nació como gesto de protesta. Pero, parece evidente que, visto el caso de Blu
en Bolonia, hay artistas que no están de acuerdo en que su arte, nacido incluso
de manera ilegal para denunciar especulaciones, se vea paradójicamente
convertido en factor de revalorización e incluso especulación, entrando a
formar parte de museos y galerías. De todas formas, Sabina De Gregori, experta
de lenguajes contemporáneos y de arte urbano asegura que el reconocimiento
del arte urbano en el mercado del arte es una realidad: “Cada vez más instituciones
están invirtiendo en el Street Art. Seguramente una fase ha terminado y es
necesario ver qué forma adoptará ahora esta corriente de arte”.
En opinión de la mayoría
de los expertos, la nueva estética urbana está “condenada” al éxito. No en
vano Banksy es ya tan célebre como Lady Gaga y hasta Barak Obama ha utilizado
en sus carteles el lenguaje de Obey, una gran firma del arte urbano
estadounidense.
El artista urbano Shepard Fairey, Obey, es el autor del retrato de Obama que dio la vuelta al mundo
*Blu es el seudónimo de
un artista italiano que
decidió permanecer en el anonimato. Lo poco que se sabe sobre su identidad
es que vive o vivió en Bolonia, Italia y que participa en la escena del arte
urbano desde 1999. Su obra fue premiada por el Festival
internacional de cortometraje de Clermont-Ferrand
No hay comentarios:
Publicar un comentario