Meghan Markle y el príncipe
Un documental
británico explica que Meghan no tuvo más remedio que huir de la monarquía, una
institución construida en la exclusión y sumida en el racismo.
Cuando Meghan Markle y
el príncipe
Harry anunciaron su compromiso, Yasmin Alibhai-Brown se
preocupó por Meghan. La estrella de Suits estaba renunciando a su
carrera, a su casa, amigos y familia, pero Alibhai-Brown estaba intranquila,
principalmente, porque la actriz americana lo hacía para comprometerse y
casarse con la
familia real británica.“Este es un país
muy racista,” dice la periodista británica desde Londres.“En América el racismo no es cualitativamente mejor, pero al
menos nadie niega que lo haya. De alguna manera es más complicado para la gente
de color como nosotros que vivimos aquí porque es insidioso y se mantiene en
secreto, la gente no quiere hablar de ello o aceptarlo.”
Alibhai-Brown pensó
que Meghan, como la mayoría de americanos, no tenía ni idea de la profundidad
del racismo en su nuevo hogar. “No pretendo ofender,” dijo Alibhai-Brown (quien
ha escrito dos libros sobre mestizos británicos, incluido Mixed Feelings en
2001) “pero la mayoría de los estadounidenses tienen imágenes idílicas de este
país de películas como Notting Hill… y han visto los jardines y palacios.
Pero nunca han conocido la parte más vulnerable de Gran Bretaña". Otra de
las preocupaciones de Alibhai-Brown sobre Meghan estuvo en que la familia
real es “despiadada y cruel, y nuestra prensa es todavía peor. Así que temí por
ella, realmente lo hice porque pensé que vendría aquí con esta imagen romántica
y que iba a golpearse contra un muro.”
Alibhai-Brown es
solo una de las periodistas que han sido entrevistadas sobre Meghan Markle: "Escaping the Crown", la emisión especial de una hora emitida en Vice TV. En
lugar de especular sobre el drama burbujeante y el behind-the-scenes del
cuento de hadas que salió mal (entendido como ‘Megxit'), el especial resume el
por qué Meghan, enfrentada a un tsunami de sexismo y racismo que los medios
cubrieron, despojada de su voz y supuestamente respaldada por una institución
cuya existencia se basa en la desigualdad y el silencio estoico,
básicamente no tuvo más remedio que huir de la corona con su nuevo marido
y su hijo Archie a
cuestas. En retrospectiva de los momentos menos sensibles culturalmente de la
familia real -por ejemplo, la decisión de la princesa Miguel de Kent de
usar un
broche negro racista en su primer almuerzo con Meghan- rostros
públicos, como la comediante Sophie Duker, reflexionan sobre cómo podría
ser la familia más blanca del mundo.
“El cameo de Meghan
Markle dentro de la familia real ha sido como ver la secuela de Get Out (
Déjame salir o ¡Huye!, en español),” dijo Duker en un momento,
haciendo referencia a la película de terror de Jordan Peele en la que
un chico afroamericano conoce a la familia blanca de su novia. “Me pregunto,
¿qué haces? Estás en un lugar que se está hundiendo. ¡Huyel!”
Otros ofrecen
verdades contundentes sobre lo absurdo de la idea de que cualquiera puede
modernizar la monarquía (una institución intrínsecamente regresiva),
particularmente en una sociedad que ha mostrado sus dientes racistas a las
generaciones 'royals' anteriores.
“Cuando Diana empezó
con dos amantes musulmanes, uno detrás del otro, el país se mostró furioso,” comentaba
Alibhai-Brown, refiriéndose a los romances de Diana con Hasnat
Khan y Dodi Fayed. “¿Un padrastro potencial de piel morena para
el William y Harry? ¿Qué más podía pasar en el universo? El príncipe
Felipe es conocido por sus comentarios,” añadió. “Una vez lo
conocí. Era gobernador de la Royal Shakespeare Company y hubo un gran
evento real. Mi marido es inglés y yo soy de origen hindú pero nací en África.
Él pasaba por la fila de personas, me señaló y le dijo a mi marido con las
cejas levantadas: ¿es tuya?”
A pesar de estar en
2020, Alibhai-Brown afirmó que algunos británicos todavía consideran que el
hecho de que alguien que “no sea blanco” se case con la familia real es como
“contaminar la línea de sangre.” El periodista Aatish Taseer secundó
las críticas de Alibhai-Brown del racismo británico cuando escribió sobre su experiencia saliendo con Ella Windsor, la hija del
príncipe y la princesa Miguel de Kent, como hijo de una periodista hindú y un
empresario pakistaní. “El racismo británico es más relajado que el americano
contemporáneo pero más engañoso porque su prejuicio es de clases,” escribió Taseer
-añadiendo que la princesa Michael de Kent nombró a sus ovejas negras Serena
y Venus.
Vice TV aprovechó
el especial para lanzar su serie Vice Versa que tiene como objetivo
“dar voz a puntos de vista radicales y sin complejos.”
“Mucha gente ve a
la familia real con placer culpable o como una fantasía o un cotilleo,” dice el vicepresidente ejecutivo de Vice TV y y su manager
general, Morgan Hertzan. “Pero en juego hay problemas graves subyacentes y eso
es lo que queríamos abordar,” temas como el racismo y el sexismo a los que
Meghan se ha enfrentado. “Para muchas personas en todo el mundo, esto no es
solo cotilleo y escapismo.”
Mientras la
controversia y las críticas siguen girando alrededor de Meghan, el documental
se presenta como una barrera de defensa del 'Megxit', el tipo de defensa es que la
mayoría de los miembros de la familia real británica, evidentemente, no
extendieron a Meghan incluso cuando fue la diana de una oleada de odio y abuso
en las redes sociales. Alibhai-Brown
señaló que, mientras Harry emitía una declaración
redactada en la que denunciaba el “sexismo y racismo de los trolls de las redes
sociales”, la
reina Isabel nunca realizó ninguna advertencia sobre el
tratamiento que estaba recibiendo la novia de su nieto, convertida en su
esposa.
“Si la reina
hubiera dicho en algún momento, a su manera, ‘ este es mi nieto y
su mujer, se acaban de casar. Aléjense y déjenles construir una vida por sí
mismos,' habrían retrocedido. Pero nunca lo hizo. Y todavía no lo ha hecho.
Me parece imperdonable, en realidad, ya que ella tiene el poder. La adoran en
este país".
Alibhai-Brown
señaló que la monarca parece tener más iniciativa a la hora de proteger a su
hijo, el príncipe
Andrés -quien se ha visto envuelto en su propio escándalo, gracias a
su relación con Jeffrey
Epstein. Después de la
desastrosa entrevista de Andrés a la BBC (en la cual Andrés dijo
que no se arrepentía de su amistad con el delincuente sexual convicto- la reina
decidió hacer una aparición pública junto a él-. “Después de esta larga y
vergonzosa entrevista televisiva, en la cual puedes ver que no se puede confiar
en este hombre, la reina (la misma reina que no dijo nada respecto a Meghan)
hizo una declaración de intenciones al
llevar a Andrés a la iglesia con ella para decirle al mundo, ‘este es
mi hijo y no van a cambiar eso’,” dijo Alibhai-Brown. “Pero nunca hizo eso con
Meghan y Harry. ¿Qué te dice eso?”
Cuando se le
preguntó si pensaba que la familia real británica estaría preparada alguna vez
para un miembro no blanco, Alibhai-Brown dijo que no. “Ya ves cómo funcionan.
Diana, sin embargo, (y no sé cómo lo hizo porque venía de una familia muy
aristocráticamente disfuncional) tenía una forma de ver las cosas muy
instintiva. Nunca vio diferencias entre blancos y negros, gente con VIH y
nosotros, los pobres y nosotros… Pero no creo que esta familia consiga perder…”
Alibhai-Brown se detuvo, intentando encontrar la palabra correcta para, cuando
la halló, continuar: “...la blancura, en realidad.”
En cuanto a Meghan
y Harry, según Alibhai-Brown, el 'Megxit' fue “la única manera de que su matrimonio
pudiera sobrevivir.” Cuando escuchó, el pasado enero, que Harry y Meghan
dejarían de formar parte de la realeza, la periodista no pensó: “Te lo
dije". “Simplemente pensé: 'Bien hecho. Estáis dando el único paso posible
para salvaros, a vosotros y a vuestro bebé y encontrar vuestra propia
felicidad'… Creo que es una decisión muy valiente, audaz e importante.”
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