Piensa en las cosas que nunca podrán ser,
salvo en el mundo sombrío de los sueños.
Piensa en lo que podría ser, para ti y para mí,
si tan solo pudiéramos romper los tristes esquemas del mundo.
Piensa en un nidito nuestro bajo una enramada,
cada día, al ocaso, te esperaría ahí,
abajo donde la verja, al resplandor del oeste,
vestida enteramente de blanco, con una rosa en el pelo.
Piensa en un sillón, de asiento mullido y ancho;
piensa en un hogar, donde la lumbre roja se apaga;
piensa en mí, sentada allí a tu lado,
leyendo las historias grabadas en lo profundo de tus ojos.
Piensa en los años, como una canción sin fin,
piensa en una tranquilidad que nunca hemos conocido.
Mientras el mundo, olvidado, sigue su curso,
piensa en nosotros dos, en un mundo nuestro.
Ahora que lo has pensado seriamente...
¿Verdad que es genial que nunca pueda ser?
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